Un funcionario del FSLN me aseguró que Daniel Ortega no se da cuenta de las arbitrariedades, y cuando conoce alguna de ellas las corrige, otro agregó que la culpable es La Chayo porque es la que dirige el Estado y el partido.
Rosario Murillo manda desde su familia, el poder que ejerce está fortalecido con su matrimonio y los numerosos hijos concebidos, por su capacidad intelectual y hábil negociadora logrando que su marido le ceda funciones de Primera Ministra.
En sus comunicados telefónicos diario - transmitidos por sus medios de comunicación y aliados o contratados- ella reitera a la familia como base de toda realización humana.
Ubicada ella en un cargo, sustituyendo continuamente al presidente y a la par de él en todas partes, sin haber sido electa, coloca en puestos claves a sus hijos, les dota capital para la creación de la cadena de medios de comunicación y otras empresas, y los integra a las comitivas de Estado en eventos internacionales.
Responsabilizan a Rosario de haber defenestrado a muchos, sino la mayoría, de cuadros políticos del FSLN y rodearse de incondicionales a ella, y así prepararse para la toma del poder total ganando las elecciones presidenciales, suplantando a Daniel.
¿Será real el poder de Compañera Rosario? ¿Será tanto que El Comandante está restringido a la firma, el protocolo, y discursos oficiales o Daniel un estratega que traslada el poder a su familia para continuar con la tradición de la “alta sociedad” en el dominio de la política y el gozo de usufructo?
En Nicaragua existen familias que por años sus miembros han sido influyentes en el Estado, con buen provecho económico. Doña Rosario y quienes la cortejan reiteran la casta de ella, para convencernos que la señora es de estirpe importante e ilustre, apta para gobernar.
Otros conocedores de las intrigas presidenciales me han dicho que la señora orienta a ciertos dueños y dueñas de ONG para que cumplan la misión de infiltrarse en la oposición, y además manda en casi todas las instituciones del Estado y El Comandante se ha quedado con unos pocos leales que están conspirando para retornarlo al poder real y sacarlo del simple figurativo.
El malestar lo manifiestan quienes exigen se cumplan los principios con base en la justicia social para crear un nuevo sistema, quienes ven menguada su cuota de poder e ganancias monetarias por decisiones de la señora, y quienes creen que El Comandante es rehén o prisionero; a Daniel eximen de responsabilidad.
¿Será posible que Daniel Ortega desconozca su entorno? No lee, no escucha radio, no ve televisión. No sabe de la represión político militar, el alto costo de la canasta básica, la miseria de salarios, el desempleo, la baja producción agropecuaria, el nepotismo y las exclusiones, el enriquecimiento de su familia y allegados.
Viviendo en la ignorancia, el presidente no puede dirigir si sus conocimientos de la realidad están limitados a los resúmenes que en su escritorio coloca el equipo de información cuya jefa es la señora de Ortega. Entonces Daniel no es el líder.
Quienes dicen que conspiran en el Frente Sandinista para retribuirle el mando al Secretario General, deberán acelerar sus acciones y lograr resultados inmediatos desenmascarando a las fichas de la señora. La mayoría de la sociedad no aguanta el sistema político que domina, el descontento incrementa, seguimos en la tradición de sublevarse contra la injusticia, las primeras muestras hemos visto en días pasados.
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