El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 29 de octubre de 2013

Maduro ayuda a Ortega, ¿y este a quién?



Onofre Guevara López

No cesa de sorprender cómo la rápida y abundante información, nos hace imaginar el mundo más chiquito. Pero esta información no ofrece toda la verdad del mundo, y una buena parte de la humanidad que bien o mal –y más mal que bien— lo habita, ni siquiera obtiene información.

Incluso, entre países cuyos gobiernos declaran su afinidad ideológica –caso Nicaragua y Venezuela—, sus sociedades carecen de una información recíproca confiable. Esto propicia que amplios sectores se conformen con la dosis de información que les proporcionan los medios de su tendencia, y esta se convierta en su verdad, aunque tergiversada y, en todo caso, incompleta.

A la vista del gran público, estos dos países aparecen en blanco y negro: como revolucionarios, o como dictaduras. Para unos Venezuela y Nicaragua van hacia el socialismo; para otros, son dictaduras aplastadoras de la democracia. También hay quienes piensan que no son revoluciones socialistas, sino regímenes autoritarios con programas sociales y, en el caso de Nicaragua, con prácticas neoliberales.

Nada puede lograr el cambio de criterio en quienes son dependientes de la información sectaria que más les gusta. Por ello no logran advertir que, a pesar de ser ambos países miembros del Alba, son en muchos aspectos muy distintos. Este asunto es más complejo de lo que parece, y por eso es mejor recurrir a la objetividad para tratar de ver la verdad a través de los hechos conocidos, y no por lo que de ellos se diga en la información parcializada.

Eso tampoco es absoluto, porque no todos los hechos están al alcance de todos en toda su magnitud, ni todos los lectores tienen el deseo, por cuestión de intereses, de verlos con objetividad, aunque estén frente a sus ojos. Pero se puede y se debe intentar llegar a la verdad por la única vía posible, los hechos.

En Venezuela, se debate entre los protagonistas del proceso de cambios y sus adversarios de la derecha, sobre las causas de la crisis económica. La derecha y sus grandes empresarios importadores especulan con la divisa (dólar) y los productos de consumo que puede controlar, lo que el gobierno llama una guerra económica de la derecha y del imperialismo. Y la derecha y el imperialismo acusan al gobierno de incapaz, anti democrático, represivo.

Esa situación provoca muchas contradicciones e interrogantes. El gobierno venezolano dispone recursos para mantener solvente a Daniel Ortega, y este, con ese dinero, se ha creado condiciones para alternar y complacer a su burguesía. Entonces, ¿por qué siendo ambos gobiernos aliados, teniendo supuestamente el mismo objetivo “socialista” y siendo igual de “revolucionarios”, no tienen la misma relación y actitud con sus respectivas burguesías? O, visto al contrario: ¿por qué la burguesía de allá y la de aquí tienen actitudes y relaciones diferentes con sus respectivos gobiernos?

¿Por qué allá la burguesía es violenta y agresiva contra Maduro, y aquí es cooperadora y amistosa con Ortega? ¿Por qué Maduro no utiliza el dinero que le da a Ortega para ayudarse a resolver la crisis económica y con ello aplacar el ataque de su burguesía? ¿Por qué Maduro no puede evitar la guerra económica ni la amenaza derechista de liquidar su proyecto con el dinero que aquí Ortega utiliza con tan buen suceso que, auto complacido, asegura que su “modelo” construido con su burguesía es “la llave del éxito” y “la ruta del progreso”?

Parece más fácil coger el trompo en una uña que responder. Pero puede intentarse. La burguesía venezolana es más desarrollada en todo sentido y por eso tiene más fuerza; tiene experiencia con el poder; ha tenido una alianza económica –petróleo mediante— y de política económica importadora con el gran capital gringo, y una política dependiente de los gobiernos norteamericanos, de quienes espera su retorno al poder a cambio de retornarles el petróleo a sus transnacionales. Esto la hace odiar más profundamente todo cambio social. Empresarios prominentes, que viven en Miami, y conspiran contra el gobierno venezolano, proclaman su orgullo de ser ciudadanos norteamericanos, mientras dicen amar a Venezuela y querer para el pueblo la “democracia”. Todo su descaro ofrece la medida de su “patriotismo”.

La burguesía nicaragüense es igualmente pro norteamericana, pero en todo sentido menos desarrollada y sin gran fuerza económica; no ha conocido el manejo del Estado (marginada por el somocismo, después por la revolución y duró poco con el poder, y un gobierno suyo, robar fue lo mejor que hizo); no tiene petróleo que ofrecer al capital gringo (por eso ahora anda feliz tras el “Gran Canal”); en política, ya le sirvió a contrarrevolución gringa, pero no como protagonista; un sector se hizo ciudadano “americano” para venir a recuperar propiedades, no el poder. (Estados Unidos no necesita al Cosep como alternativa de poder, ni Ortega le estorba).

En definitiva, las burguesías nicaragüense y venezolana no son iguales como factor económico ni político; la burguesía nica tiene condiciones que le permiten conciliar intereses con Ortega y tolerar su autoritarismo. Maduro, a diferencia de Ortega, no es proclive a conciliar con la burguesía. El FMI para Maduro es el demonio, para Ortega su oráculo.

Una contradicción más: Ortega ha “consensuado” con la burguesía, porque el dinero venezolano que le ha permitido enriquecerse al nivel de cualquiera del Cosep, pero ese dinero le hará falta a Maduro para combatir la agresión de Fedecámaras. Maduro recibe ataques por los frecuentes apagones, Ortega se permite el lujo de alumbrar “árboles de la vida” que no tienen vida ni son árboles. ¿En qué terminará esta contradicción?

Cuando a Ortega le falte el dinero venezolano, le hará concesiones a la burguesía en la administración pública, y junto a ella se dedicará a hacer crecer su capital.

En Venezuela, el gobierno y el pueblo harán lo que les convenga hacer con su proceso. En Nicaragua, el pueblo hará lo suyo respecto al problema de institucionalidad creado por Ortega, así este actúe creyendo que su alianza con la burguesía… es la ruta a su perennidad en el poder.

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Paráfrasis



“El buque insignia que conducen Daniel y Rosario navega sin contratiempos”… constitucionales.

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