EL JUICIO DEL SIGLO

El 14 de Septiembre, día de la batalla de San Jacinto, de 1923 se le detuvo el tiempo a Jack Dempsey, en la que se dio en llamar la pelea del siglo.

En solo el primer round el Toro de las Pampas, Luis Ángel Firpo, sacó del ring al asesino de Manassa ante el asombro de los ochenta mil fanáticos que llenaban a reventar el Polo Ground de la ciudad de Nueva York.

Jack Dempsey cayó sobre los periodistas y se golpeó la cabeza contra una máquina de escribir marca Remington y se quedó desmayado por más de 15 segundos. Pese a eso, el referee solo le contó 9 segundos y Jack regresó al ring con la ayuda de los periodistas. Esa noche se le detuvo el tiempo al rey de los pesos pesados y en el segundo round despachó a Firpo a los 57 segundos de iniciado, conservando no solo su corona, sino su prestigio de campeón mundial del deporte de fistiana.

Aquí, no ante un público congregado en el Estadio nacional, sino ante el pueblo de Nicaragua, se está escenificando lo que podríamos llamar el juicio de lo que va del siglo XXI, por sus originalidades, su parcialismo y sus numerosos errores jurídicos que lo llevaron al terreno de lo político.

Al igual que la pelea del siglo, cuando congelaron los segundos para que no perdiera jack Dempsey, aquí se están congelando los días del juicio para acumular más “pruebas” en contra de los acusados y hacer más daño al que se perfila como el inocente del grupo.

Por lo menos yo no he sabido si se ha hecho antes, pero este juicio se convirtió en una guerra de todos contra todos. No les basta las denuncias que salen de la nada todos los días, llegando ya a casi 20 denunciantes que acusan a Montealegre, Bendaña y Paguaga, sino que Montealegre acusa a Bendaña y Paguaga acusa a Montealegre, pero Bendaña no acusa a sus compañeros de infortunio, sino a quien está llevando mal el juicio por una notoria parcialidad en su contra, Ana Julia Guido, Fiscal General Adjunta, que ya emitió opinión y ya puso en boca de Bendaña acusaciones que este nunca ha hecho, por lo que pidió que la alejaran del juicio y mencionó los artículos que tienen que ver con su cargo, que ha violado.

En un carnaval de aberraciones los señores Montealegre y Paguaga se acusan entre ellos, como dando a entender que si “cooperan” con la fiscalía, van a ser cubiertos por la lenidad oficialista.

Hoy vimos como fueron tomadas las oficinas en que funcionaban las oficinas del señor Álvaro Montealegre, por una denuncia del señor Hugo Paguaga, “para buscar pruebas entre los archivos,” dijo el jefe del allanamiento.

Ya antes habíamos visto como el señor Álvaro Montealegre había acusado de estafa a Roberto Bendaña por la cantidad de 2.1 millones de dólares.

Pareciera que ambos están buscando como zafarse acusando al otro, sin embargo, Roberto Bendaña McEwan no acusa a ninguno de ellos, sino lo que hace es defenderse de la acusación que cada día le inflan, recusando a la Fiscal Adjunta, Ana Julia Guido, respaldada por su grado de Comisionada en retiro.

Con solo esa actitud, se puede notar una diferencia que habla a favor del acusado, Bendaña McEwan, quien está hablando fuerte y lo seguirá haciendo.





Jorge J Cuadra V