El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 23 de julio de 2016

¿QUÉ CONTIENE EL BARCO QUE ABANDONARON LAS “RATAS”?


El discurso del Almirante Daniel Ortega, este recién pasado 19 de julio, da mucho que pensar sobre qué contiene su barco “La Papisa”, a tal punto que hasta las “ratas” lo abandonaron. Esto suele ocurrir cuando se presiente que el barco, en algún momento, se hundirá. Será ésta, pues, una premonición de quien lo comanda, que no se sabe a ciencia cierta si es el Almirante o es el espíritu de la papisa Juana, quien tuvo su primer pontificado en tiempos de Benedicto III, y su segundo en tiempos del Cardenal Obando y Eslaquit. Lo grave es que el  barco llamado “La papisa” eriza los pelos, pues demuestra que el poder también reencarna en el barco, y es lógico que las “ratas” sandinistas, al enterarse de su contenido, lo hayan abandonado, y dejado en manos del infalible Almirante y su papisa.

¿Pero qué contiene el barco que abandonaron las “ratas”? Según nuestros más sagaces historiadores e investigadores, desde 1990 contiene “La piñata” de la que especialmente se beneficia la nueva tripulación danielista, que no puede ser sandinista, a riesgo de, siguiendo los pasos de la metamorfosis de Kafka, convertirse en “ratas” sandinistas. Esto es imposible,  puesto que las “ratas” fueron estigmatizadas y la tripulación, gracias a Kafka y a su jefe, evolucionó a cucarachas, y estos casi inmortales insectos se encuentran en un estado de perpetuidad, tal y como Daniel y la papisa lo desean, sobre todo para sí mismos.

 En el barco, quemándose en sus calderas, se encuentra la Constitución que desvelos y muerte costó al Comandante Carlos Núñez, y entrega y devoción por esas letras dignas que prohibían la reelección a todos cuantos soñamos con una Nicaragua democrática: el primer paso para que volviera a ser República. Arde la Constitución de la Dignidad, junto con las enseñanzas morales de Sandino que aborreció y rechazó con vehemencia los pactos políticos como el que el Almirante hizo con Arnoldo Alemán. Esa caldera hiede a azufre.

En todo caso, las “ratas” que abandonaron el barco de Daniel Ortega, no fueron babosas, y algunas prefirieron la miseria que el envilecimiento de una riqueza usurpada al pueblo a cambio de láminas de zinc, asistencia obligatoria a concentraciones partidarias, estafas con las boletas electorales árboles de hojalata, oraciones o discursos pronunciados con un meloso tono misericordioso: El oro de la moral a cambio de los espejos de la mentira.

 Desde ese barco, que solo surcará el canal de Wang Jing, quienes vayan a bordo podrán contemplar la paulatina destrucción de nuestra flora y fauna, hasta llegar a la desaparición total del Gran Lago de Nicaragua, revuelto en un mar de lodo. En las entrañas del barco, hoy en día, revuelto con pepitas de oro, van los muertos de Las Jagüitas, y uno no podrá menos que recordar que Daniel Ortega ofreció en su discurso que no correría la sangre de hermanos.  ¿Y las amenazas a Francisca Ramírez? Ojalá no digan un día que alguna muerte en “La Fonseca” ocurrió porque ahí había armas de destrucción masiva.

 Dentro de ese barco, hay un laboratorio nazi para despojar de su inteligencia al nicaragüense, y hay un manual que sirve para adoctrinar a los inocentes en el culto a los becerros. Altares costosos, belenes, vírgenes y pastores no logran el entierro de Dios. Sí sirven para evidenciar cómo para el gobierno, y para quienes elaboran esa pantomima religiosa, su religión es rentable. En alguna parte del barco hay ocho carros robados a los “Ocupa INSS”, bien vigilados por la policía de la eterna Primer Comisionada Aminta Granera, y ochenta tanques rusos que: ¿Si no son para guerra, serán para fumigar?  Mientras, Daniel condena el armamentismo mundial, y elogia la “seguridad ciudadana”.
Entonces me doy cuenta de que yo también soy una “rata”.



LUIS ROCHA



“Extremadura”, Masatepe, 20 de julio de 2016.

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