El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 2 de febrero de 2014

Los días anteriores



Onofre Guevara López


Es sabido que en poco más de medio siglo el progreso técnico y científico experimentado por la humanidad, es superior a casi todo lo que se había avanzado desde cuando se inventó la rueda. Pero, sin el invento de la rueda, no hubiese sido posible haber obtenido lo que se disfruta ahora, lo cual indica que la lucha por el progreso material es el mismo del desarrollo social.

No obstante el portentoso doble progreso, no funciona igual en todas las sociedades, porque prevalecen las mayores muestras de egoísmo de la clase que monopoliza el progreso material. Clase que ha sido, y es, capaz de destruir sin misericordia los adelantos técnicos científicos creados por el trabajo humano, incluso la vida humana misma, y ahora también amenaza con arrasar la Tierra. Esa contradicción de crear y destruir, es resultado del egoísmo humano que domina en el mundo.

Ese conflicto se inició desde la división de la comunidad humana en tribus y, dentro de estas, la aparición de la propiedad privada. En lo “cultural”, incapaces de explicarse el mundo que les rodeaba, los humanos inventaron los dioses creadores de todo, y en agradecimiento y honor de sus “divinidades” (fetichismo), sacrificaban vidas humanas. En los sistemas sociales de la explotación del trabajo esclavo, servidumbre y salarial, el sacrificio de los débiles continúa en formas de masacres colectivas con las guerras, incluso las “santas” y la inquisición, en honor a nuevos dioses inventados, incluido el dinero. Después, y ahora, con las guerras de rapiña de territorios y riquezas naturales, y otros métodos, no cesan los sacrificios humanos.

Todas esas y otras crueldades las ha sufrido el subcontinente americano a manos de naciones explotadoras lejanas y vecinas, durante los 522 años de saqueo colonial y neocolonial; pero ha habido una permanente resistencia de sus pueblos en todas las formas que les ha sido posible. Precisamente, por ser la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe la última y más organizada colectividad de esa resistencia, su Cumbre II en La Habana adquiere un extraordinario significado histórico. No visto así por todos, menos por quienes de alguna manera se nutren de la dependencia y el saqueo continental.

Acorde con la lucha contra todo lo ocurrido en los días históricos y actuales, la Declaración de La Habana proclama a este lado del mundo como zona de paz, y “…el compromiso permanente con la solución de las controversias, a fin de desterrar para siempre el uso de la fuerza y la amenaza de la fuerza en la región.” Obvio rechazo a una situación establecida durante los quinientos años del coloniaje y los remanentes del neocolonialismo, incluidos los conflictos armados fronterizos entre las naciones latinoamericanas promovidos y financiados por las transnacionales con su política de “divide y vencerás”, para obtener el control de gobiernos, propiedades y concesiones.

Ninguno de los 33 países latinoamericanos y caribeños que firmaron esta declaración ha estado libre de los efectos del colonialismo y del neocolonialismo, y juntos también proclaman ese grito de ¡basta ya! a la agresión externa, la división y el aislamiento. Todo, conforme la convicción de que están creando nuevas formas de relaciones y de cooperación para el desarrollo entre los Estados, en términos de equidad y respeto. Especial suceso de esta Cumbre, lo constituye la solidaridad y la hermandad con Puerto Rico, uno de los últimos y más vergonzosos remanentes del colonialismo en el continente, disfrazado de “Estado libre asociado”.

Celac representa los cambios operados en esta región del mundo, pues los mismos países que se dejaron manipular para expulsar a Cuba de la OEA en 1962 –con otros gobernantes—, han creado esta nueva forma de relación política continental, soberana y liberadora. Sin embargo, lo de Celac, pese a ser “el acervo de 200 años de lucha”, no es aún un proyecto acabado ni falto de contradicciones. Se trata de un cambio esencial, colectivo, inédito, en busca de la unidad en la diversidad del subcontinente, respetando sus propias formas de organización social y política. Y porque sus integrantes tienen diferentes niveles de desarrollo, se justifica la complementariedad de sus economías, sin finalidades de explotación ni de dominación política. La diversidad, tuvo un lugar especial en el escenario de La Habana.

Allá, estuvieron 33 Estados representados por 30 presidentes –más Bachelet junto a Piñera y Porfirio Lobo junto a Hernández— como en ninguna cumbre anterior. Los contrastes, también tuvieron su lugar. Ejemplarizaron estos, José Mujica y Daniel Ortega, los cuales, siendo vistos de largo afines en lo ideológico, en realidad representan dos estilos de gobernar y de comportamiento, radicalmente opuestos. La única afinidad entre ellos, es haber sido guerrilleros y prisioneros políticos, y eso ya no cuenta:

En el preciso instante que Daniel decía su consabido discurso en La Habana, sus espurios diputados destruían la Constitución Política a su voluntad, para otorgarse una presidencia indefinida. Daniel tiene muchos años de que sus zapatos no recogen el polvo de las calles de nuestro país; se desplaza raudo con una caravana dc casi una docena de vehículos militares repartidos por delante y por atrás, y él en medio, entre otros vehículos llenos de agentes de civil.

Pepe Mujica, se desplaza por las calles de su país en un viejo Volkswagen, acompañado de su mujer y solo protegido por dos guardaespaldas que le siguen discretamente. No posee más que la casa donde vive y cultiva flores, no tiene hijos, nueras ni yernos convertidos en dueños de canales de televisión, empresas comerciales, ni de negocios amparados en el Estado, como es el caso de Ortega.

En la Cumbre de Celac, Mujica emocionó con su discurso improvisado, ofreciendo voz y pensamiento de un maestro de historia, política y cultura, con su natural humildad y franqueza, desacostumbradas en Ortega. Mujica es coherente en su discurso, porque su discurso es coherente con su vida personal.

Ortega es al revés de Mujica, aunque para exportar su figura al mundo, se fotografió abrazado a Mujica. Lo que ocultó en la Cumbre y oculta al mundo, es que sus agentes políticos, en ese mismo momento, culminaban y justificaban la muerte de la Constitución, diciendo que es para darle mayor democracia al pueblo. ¿Cómo es posible eso, si le están otorgando a su jefe todo el control del poder en forma indefinida y absoluta? ¿Puede un pueblo sentirse en democracia, si quien controla todos los mecanismos del Estado, tiene la facultad de utilizarlo en su condición de candidato oficial permanente y presidente, de hecho, sin plazo fijo?

Hay que distinguir, entonces, las coincidencias de países y gobernantes en términos históricos globales, y su comportamiento individual en términos locales. La historia los junta, pero no los revuelve.

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Paráfrasis

“Gracias al comandante Ortega y la compañera Rosario”... tenemos cobijo bajo su Constitución privada.



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