Onofre Guevara López
El gobierno no quiere
quedarse rezagado respecto a Hollywood, y si ya hay una nueva versión del “El gran
Gatsby”, un gángster de los años 20,
aquí tiene en producción “El gran Emiliano”, un gángster político de los años
10-20. ¿Está el gobierno celebrando los 99 años del Tratado Bryan-Chamorro en
inglés, con una versión en chino? Si ya estamos bendecidos y prosperados, ¿estaremos
entrando a la historia como “vende-patrias” reciclados?
Es una interrogante nacida
de las opiniones de constitucionalistas que ya leyeron el proyecto del tratado canalero,
ya sometido a la Asamblea Nacional para su respectivo “chicheñoreo”. La mayoría
no lo ha leído y quizás nunca llegue a leerlo. Pero lo menciono, porque pasan los
días con sus aniversarios solo para demostrar que somos dados a olvidar la
historia, porque nos gusta más repetirla que recordarla.
Por ejemplo, el junio
insurreccional tan cercano en el tiempo como
lejano en la memoria, está en proceso de olvido. Ya no digamos de otros
junios más lejanos, como los 66 de las primeras rebeliones al interior de la GN
contra el golpe de Estado a Leonardo Argüello, 26 días después de haber sido
ungido presidente por Somoza García con el abuelo del fraude del 2011. Digo
abuelo, porque el fraude-padre y los fraudes-tíos vinieron después con otros
Somoza.
Aquel golpe de Estado
causó mayor conmoción que el golpe del mismo Somoza contra Juan Bautista
Sacasa, otro aniversario de 77 años. Más
fuertes reacciones hubo en la ciudadanía en 1947, al contrario de 1936, y se abrió
una época de lucha política que causó efectos hasta en la GN. Los primeros en
rebelarse fueron los oficiales solidarios con el doctor Argüello, entre ellos,
Arturo Cruz Porras, Adolfo Báez Bone, Rafael Somarriba, los hermanos Francisco
y Horacio Aguirre Baca, Virgilio Argüello y otros.
En junio de 1947 se dio
nuevo impulso a las actividades anti somocistas, hasta culminar con su
ajusticiamiento, en 1956. Igual que en junio de 1936, y como ocurriría siempre
después de un golpe de Estado, Somoza no asumió inmediatamente la presidencia
en 1947. Lo hacía hasta cuando creía que el títere de turno ya le había
limpiado el camino hacia la “legalidad”. (Ortega, ha golpeado a la
Constitución, y tiene tanto tiempo como Somoza de estar en el poder, pero sin prestarle
el tostador a nadie).
En 1947, el mandado
le tocó al oscuro político granadino Benjamín Lacayo (un apellido como hecho a
la medida), quien ni siquiera fingió ostentar el cargo, de tal manera, que
permanecía ebrio en una hamaca en casa presidencial, y cuando alguien llegaba a
buscar “al presidente”, él lo remitía adonde Somoza, quien habitaba en La
Curva, edificio que se construyó cerca de la presidencial... para no caminar mucho.
La agitación política
y la represión se hicieron cotidianas. El 9 de junio, explotó una bomba en el
zaguán de la casa del ministro de Gobernación, doctor Carlos A. Morales –padre
de Jaime Morales Carazo, ex vicepresidente de Ortega—. El 28 de junio estalló otra
bomba en casa del coronel GN Carlos Tellería; el mes siguiente, 8 de julio,
estalló la tercera bomba en casa del doctor Julio C. Quintana, funcionario
somocista. Y en agosto explotó la cuarta bomba en casa del doctor Carlos Cuadra
Pasos, líder conservador colaboracionista. Por ventura, el terrorismo nunca se
practicó como método de lucha contra la dictadura; la gente las llamaba “bombas
zaguaneras”, y ninguna causó daños físicos a las personas.
El 10 de junio, la GN
allanó la “Editorial Morazán” del Partido Socialista Nicaragüense y se robaron las prensas. El 22 de junio fueron capturados tres obreros
de la construcción, acusados de haber pegado afiches contra el gobierno; y el
día siguiente 23, la GN disolvió con violencia un mitin popular que se
efectuaba en el cine “Tropical”, convocado por el PLI. El día 29 de junio, hubo
una manifestación estudiantil fue
disuelta por la GN, incluso con oficiales montados a caballo.
A finales de junio del
47, fueron encarcelados José Francisco Pinell, Manuel Pérez Estrada, Edmundo
Leets, Augusto Lorío, el poeta Manolo
Cuadra y otros opositores, y luego confinados a la Isla Ometepe, que entonces
no era un lugar turístico.
Cuántas cosas olvidadas
de la lucha anti dictatorial que están de aniversario este mes de junio. Es
verdad que son hechos infaustos de nuestra historia, pero merecen ser recordados
para no volverlos a tolerar. Pero no celebrados de forma infausta también, como
parecen hacerlo… quienes sueñan con abrir a Nicaragua en canal.
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