Dioses
con pies de barro, sepulcros blanqueados, fariseos, los llamaba Jesucristo a
todos aquellos que predicaban la virtud guardando los vicios en sus corazones
negros.
Así
como habló claro con respecto a los niños, también fue meridiano acerca de los
pobres. –Lo que le hicieres a tu prójimo, es como que me lo hiciereis a mí.- Y
se refería a los pobres de corazón, a los mendigos, a los presos, a los
leprosos y a los hambrientos.
Pasan
los siglos y esas palabras escritas sobre piedra siguen vigentes en el siglo
XXI.
Tenemos
en Nicaragua un octopuso de cien tentáculos y un cerebro que acapara todo para
su propio beneficio y usa el evangelio de la mentira para burlarse de los
pobres de Nicaragua, de quienes se auto proclama su protector y amigo. El
calamar gigante es un mega monopolio que saquea los bolsillos de los pobres y
de los ricos, usando testaferros europeos para camuflar al dueño absoluto de la
energía eléctrica en todo su círculo de acción. Para nadie es un secreto que Albanisa
es la empresa del grupo financiero Ortega-Murillo. A Albanisa le envían el
petróleo que una vez refinado se convierte en los combustibles que mueven a la
República. Pero en ese juego de explotación, no importa que los tentáculos del
pulpo escapado del viaje submarino de mil millas de Julio Verne, atrape a los
empresarios porque estos le trasmiten ese daño a los consumidores que son los
que al fin de cuentas pagan los platos rotos del monopolio Ortega-Murillo. Pero
cuando se trata de los obreros del volante, de ese conductor que vive del
producto de su taxi, la cosa cambia porque sus usuarios son los pobres de
Nicaragua que no tienen para pagar el costo real de la carrera de taxi. Los
domingos negros para los miembros de ese ramo, que es cuando el monopolio
Ortega-Murillo eleva el precio del combustible a su capricho, significan la
estrechez económica a que los tiene sometidos el dictador Ortega, que dice ser
cristiano, socialista y solidario, solo porque camina con el Cardenal Obando y
Bravo a su lado, es amigo de Fidel Castro y se dirige al pueblo desde sus
tribunas enfloradas con discursos demagógicos que resuman una generosidad
pretendida.
El
pulpo gigante de El Carmen cuenta con la complicidad de la ley y del orden.
Desde la CSJ le aprueban cuanta ley y decreto se le antoje y a través de la PN
ejecuta esas leyes y decretos mediante la violencia y la crueldad.
La
reforma al código penal significa cárcel para los más pobres de Nicaragua,
porque va a ser delito penal pegarse al cable eléctrico para suplirse de
energía. Lo que no se pregunta el tirano Ortega es el por qué los pobres se
pegan al cable madre. Por si no lo sabe, se pegan porque no pueden pagar por su
energía y no pueden pagar porque en Nicaragua no hay empleo, de tal manera que
los pobres se van a encontrar con una disyuntiva: o se van a Costa Rica, o se
van a la cárcel.
En
eso traduce toda la falacia de la dictadura conyugal. Con eso se demuestra que
todo lo que sale por la boca del binomio Ortega-Murillo, no son más que
palabras que se las lleva el viento, lanzadas para engañar al pueblo
nicaragüense, como el cuento que la empresa transnacional llamada TSK, de
origen europeo, es la propietaria de Gas Natural, antes Unión Fenosa, cuando en
realidad es un testaferro de la familia presidencial que amarra el monopolio
energético nacional.
Fariseos,
les diría Jesucristo, sepulcros blanqueados que anidando el mal en sus
corazones, hablan con el lenguaje de la virtud. Dioses con pies de barro que
serán derribados de su pedestal de codicia, por los lamentos de sus víctimas.
Jorge
J Cuadra V
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