Te doy las gracias, Roberto Sánchez, por
ser el primero y único en haberse interesado en mi artículo sobre el destino de
los restos del General Sandino. Pero, lamentablemente, lo has mal interpretado,
porque:
1) En
nota al pie, advierto que es adaptado del capítulo sobre la muerte del General
Sandino de mi libro inédito “Nicaragua, mi lectura de su historia
contemporánea”;
2) Si
mi libro tiene la suerte de ser publicado y leído por vos, verás que recojo testimonios
conocidos –y todos son unánimes—, en cuanto a la CAPTURA, pero no al FUSILAMIENTO
del Héroe Nacional;
3) Yo
no he podido leer ningún testimonio –que no sea el de sus asesinos— acerca del
fusilamiento, que es a lo que yo hice referencia;
4) Aparte
del testimonio del señor Rodríguez, en mi artículo no hay afirmaciones mías,
sino interrogantes y una invitación a meditar acerca del caso. Mi única
afirmación, que no tiene que ver con el fondo del asunto, fue que en los años
40 yo no conocí ninguna funeraria moderna, donde se pudiera haber hecho la
incineración. Y eso no es delito.
5) En
el título de tu artículo hacés una recomendación muy tardía: “Respetemos a
Sandino”, porque desde hace años hay quienes han levantado su imperio político
y económico a la sombra de su apellido. Y eso, no me atañe.
Gracias, otra vez.
Onofre Guevara López
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