Esa tendencia a plagiar melodías y canciones que no tienen nada que ver con la trayectoria del FSLN ni con la problemática del país que padece la primera dama de la República, es la proyección de la nostalgia que le produce a la hoy toda poderosa Dña. Rosario Murillo los tiempos mejores que le tocaron vivir cuando era una niña consentida que la enviaron a aprender a cocinar a Suiza y a Londres a aprender a hablar la lengua de Lord Byron. Fue en esos periplos culturales que la primera dama tomó afición por la cultura pop y su cerebro almacenó una gran cantidad de música inglesa y norteamericana.
No es la primera vez que Dña. Rosario plagia a los granes representantes de la música internacional. Antes lo había hecho con John Lennon, Ben E King y Bob Marley, cuyos respectivos éxitos musicales le sirvieron para exaltar la figura de la revolución, creando un contra sentido ideológico que pone en duda la autenticidad del movimiento guerrillero que optó por los pobres y por lo nacional.
Con esa manía cultural en el terreno de la música, lo que hace Dña. Rosario es negar la existencia de los compositores nacionales y decirles que su música no es digna de la revolución.
En lugar de engrandecer a John Lennon, debería engrandecer a Erwin Kruger, el autor de Barrio de pescadores; en lugar de hacer apología de Ben E King, la debería hacer de Camilo Zapata, padre del indio nandaimeño; le luciría más destacar a Carlos Wiltshire héroe y mártir de la revolución sandinista, de Bluefields, que a Bob Marley héroe y mártir de la revolución musical de Woodstock, de Jamaica.
Esos complejos culturales con la música de Nicaragua, son señales del desprecio que le provoca a Dña. Rosario todo lo que huele a música nicaragüense. La prueba está que para este 35 aniversario de la revolución traicionada, Dña. Rosario apela a su gusto por lo americano y plagia al rockero estadounidense Herman Hermits con su canción There`s a kind of hush, ahora convertida por la magia rosada de la primera dama en, Un Mundo Mejor, mundo virtual construido por la familia presidencial a 35 años de la traición a Carlos y a Germán.
La vida de Dña. Rosario se deslizó en un camino cercano a la cultura. Si pudo ser la secretaria ejecutiva del periodista Pedro J Chamorro Cardenal y del poeta Pablo Antonio Cuadra Cardenal durante más de 12 años, fue porque tenía base cultural e intelectual, sin embargo, esos tiempos terminaron y empezaron a soplar los vientos de guerra y por ellos se dejó llevar la joven intelectual que ya se inclinaba por lo político y lo social y así se presentó la revolución cuyo triunfo la agarra del brazo del guerrillero que al cabo de los años se iba a adueñar del poder total.
Su participación en esa revolución triunfante fue opaca, no de acuerdo a su intelecto ni a su posición de compañera del hombre fuerte de la Dirección Nacional.
La oportunidad le iba a venir a Dña. Rosario con la asunción al poder de Daniel Ortega, ahora convertido en el señor de todos los poderes de la nación y ella está haciendo sentir su poder. Pero su gusto por lo que su revolución considera burgués y decadente no la ha abandonado y lo hace sentir.
Jorge J Cuadra V
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