Por Amalia del Cid
A Michelle Najlis se le conoce por teóloga, filóloga y poetisa. Y se le recuerda por haber sido parte del grupo de estudiantes que el 28 de octubre de 1967 desplegaron en el Estadio Nacional una manta que decía: “Basta ya, no más Somoza”. Fue una gran activista contra la dictadura somocista. Y hoy analiza la resistencia de grupos nicaragüenses que protestan contra el gobierno de turno, sobre todo la de los jóvenes que recientemente apoyaron la lucha de los adultos mayores que exigen una pensión reducida y fueron golpeados por turbas afines al partido gobernante. También hace referencia a las similitudes y diferencias entre aquellos tiempos y estos. Para ella, se aproxima la caída de este régimen.
:::¿Cómo interpretó usted el que muchos jóvenes nicaragüenses hayan apoyado espontáneamente a los adultos mayores que exigen una pensión reducida de vejez?
Me llena un sentimiento de mucha admiración por los ancianos y por los muchachos; pero al mismo tiempo un sentimiento de mucha ira contra un gobierno que debió haber construido el país que soñamos y que vuelve a hacer lo mismo que hacía Somoza.
:::¿Está viendo similitudes entre aquellos tiempos y estos?
¡Ah, sí! La represión, la saña. Es preocupante. Esos jóvenes de la juventud fascista disfrazados con camisetas de Juventud Sandinista que llegaban a golpear a los muchachos y a decir “venimos a matarlos”, esa es una conducta sádica, que era la conducta de la Guardia. Hay mucho dolor de ver que después de todo lo que nosotros luchamos precisamente para que nuestros hijos, nuestros nietos, tuvieran otra Nicaragua... nos encontramos con esto. Pero este movimiento de los adultos mayores y esta solidaridad tan espontánea, tan de corazón de estos muchachos, logró una enorme derrota para el partido de Gobierno.
· Plano personal
Michelle Najlis tiene 66 años. Es filóloga, teóloga, narradora y poetisa. Desde muy joven fue una gran activista de la lucha antisomocista.
Es hija de padres franceses de origen judío que vinieron a Nicaragua huyendo de la Segunda Guerra Mundial.
Tras la caída del somocismo, fue llamada a ser la primera directora de Migración y Extranjería. En ese cargo estuvo un año. Luego pasó a la Dirección Política del Ministerio del Interior, donde pidió su baja. Dos años y medio después entró al equipo de apoyo del ministro de Educación, Fernando Cardenal.
Ha sido docente en colegios y universidades. En los años ochenta publicó libros de texto de Español y Literatura.
:::¿Qué la hace pensar que fue una derrota?
Un pequeño grupo de no más de 500 personas obligó a este Gobierno a hacer una manifestación, a montar ese show que montaron.
:::¿Y eso qué nos dice?
Primero, que este Gobierno no tiene autoridad moral. Segundo, que perdieron apoyo de un montón de gente. Fue una cosa organizada de parte de los adultos mayores, pero súper espontánea de parte de los muchachos y la población que los apoyó. Y Gustavo Porras dice: “A defender el gobierno de Daniel Ortega”. Eso es muy significativo. Es un Gobierno que se siente frágil. Llama a ir a defender y muestra en apariencia una manifestación no tan grande como otras, pero importante. ¿Pero constituida por quién? Trabajadores del Estado que por defender su comida y la de sus hijos se ven obligados a ir a esas marchas. Igual que los trabajadores del Gobierno en la época de Somoza. Exactamente igual. E igual les quitaban una parte de su salario para el partido liberal, ahora es para el mal llamado Frente Sandinista. Una enorme cantidad de gente iba obligada, otra iba convencida a base de una manipulación del lenguaje en la que este gobierno se ha vuelto experto, pero que les está dejando de funcionar.
:::¿A qué se refiere?
Por ejemplo, dicen: “Estos están apoyados por la derecha”. Ajá, ¿pero cuál derecha? Uno los desafía, los reta: Decime cuál derecha, los nombres, los apellidos.
:::¿Quién es la derecha?
Cualquiera que se les ocurra. Es muy característico de ellos, como no pueden argumentar, descalifican.
:::¿Y qué pasa con los símbolos cristianos usados por el Gobierno?
Una zanganada. Un irrespeto a la religiosidad de este pueblo. Hay un mandamiento, es el segundo, y es importantísimo. Dice: “No invocarás en vano el nombre del Señor”. Lo que ellos hacen es invocar de manera mentirosa el nombre de Dios, de la Virgen María y todo eso, para encubrir una práctica que de cristiana no tiene nada, ni de socialista, ni de solidaria. Es cierto que en los barrios a los ancianos les dan paquetes; pero, como decía Gandhi, cuando alguien da siempre hay una mano debajo y otra mano encima y el que da tiene poder sobre el que recibe. Están dando como dádiva lo que es un derecho.
:::¿De qué forma funciona el uso de mensajes y símbolos cristianos?
Es que yo no sé si ellos engañarán a alguien... Me parece que es una cosa tan evidente que es mentira, que me cuesta creer que puedan engañar a alguien.
:::Pero algún motivo tendrán para ponerlos en todas las camisetas y vallas del Gobierno.
¡Claro! Porque ellos saben que este pueblo es muy religioso y muy cristiano. Es otra manipulación: “Miren qué lindo, nosotros somos cristianos”. Es posible que por un tiempo hayan engañado, pero yo me pregunto si después de esta represión habrá alguien que todavía crea.
:::¿Cuál es la tendencia?
La represión está haciéndose más frecuente y subiendo en intensidad. Pero eso va provocando que haya cada vez más rebeldía en sectores cada vez más grandes.
:::¿La represión despierta a la gente?
Por un lado da miedo y por otro lado te muestra la calidad moral y política de esta gente, entonces también despierta rebeldía.
:::Pareciera que al Gobierno no le conviene el método de la represión.
Han llegado a eso por debilidad, porque ya han perdido la hegemonía ideológica. No dominan el pensamiento general de la gente, como pudo haber sido en algún momento, entonces tienen que reprimir.
:::¿Aún teniendo el control de todas las instituciones del Estado?
Son débiles, porque ellos saben que en el mismo Estado, gran cantidad de trabajadores van a esas manifestaciones no porque estén convencidos, sino porque necesitan defender sus salarios. Se montan sobre la pobreza, la necesidad. Han ido imponiendo un Estado de miedo; pero de miedo que cada vez más gente va perdiendo.
:::¿Cuándo se comienza a perder el miedo?
(Hace una pausa) Cuando te sentís ya ¡tan irrespetado! en lo más esencial del ser humano que ya no te queda más que reaccionar y sobrepasar tu miedo.
:::¿Hay alguna similitud entre la represión de los Somoza y lo que hemos visto ahora?
Se parecen.
:::¿Ya llegamos a esos niveles?
No... no. Yo recuerdo que en la casa de mi infancia todas las noches oía el rugido de la fiera en la casa presidencial y yo sabía, siendo una niña, que pegados a la jaula de la fiera estaban presos políticos súper apretados, con aquel terror de que esa fiera en cualquier momento los arañaba. Les ponían el chuzo, los quemaban con cigarrillos... Pero ahora me preocupa mucho la saña, los golpes. Cuando se inicia ese rumbo es muy peligroso.
:::Hubo muchachos llevados al Chipote.
Los tuvieron en celdas de castigo, según leí. ¡Decime si eso no es fascismo! La Juventud Fascista reforzada por la Policía. Pero vamos a ver... Yo creo que este es el inicio de una etapa de Nicaragua que va a ser difícil, pero muy interesante.
:::¿Qué podría venir?
La caída de este Gobierno.
:::¿Qué señales hay que permitan creer eso?
Brotes de rebeldía por todas partes. Termina uno y viene otro. Otros son menos visibles porque no son en Managua, pero ahí han estado.
:::¿Puede caer este Gobierno sin necesidad de que haya violencia?
Difícilmente, porque ya vimos que el Gobierno está dispuesto a reprimir. Pero cuando un Gobierno reprime está cavando la fosa de su caída.
:::Según usted, ¿por qué se está repitiendo la historia?
Hay de nuevo una juventud y un montón de sectores populares luchando, creo que este Gobierno va a caer y hay que estar muy alerta para que una vez que eso ocurra no repetir esos errores que permitieron que una vez llegados al poder esos líderes que fueron admirables se convirtieran en estos monstruos.
:::¿Qué pasó?
Por un lado, el autoritarismo; pero, por otro lado, la obediencia. ¿Qué tal si no hubiéramos andado en las calles gritando “¡Dirección Nacional, ordene!”? Muchas veces elementos ideológicos nos impedían ver lo que realmente estaba pasando.
:::¿En los ochenta se “cocinó” esto que vemos ahora?
Quizá desde antes. Desde que empieza el Frente a organizarse y la refuerza revolucionaria a crecer hubo una serie de debilidades que se dejaron pasar, porque el autoritarismo de algunos dirigentes comenzó ahí y luego se convirtió en gobierno. Ahora, por el enorme cariño del pueblo en el 79, cuando triunfa la revolución, queríamos que los dirigentes tuvieran las mejores casas, pero no vimos que ya íbamos mal. Una vez que se llegó al poder, los líderes dijeron: “Qué rico dar órdenes y que nos obedezcan” y se aprovecharon de esa estructura y la prolongaron indefinidamente. Comenzamos gritando “¡Dirección Nacional, ordene!” frente a la agresión y lo seguimos gritando después ante cualquier cosa que a ellos se les ocurriera.
:::¿Es cierto que la juventud de ahora es mucho más pasiva que la de los años de los Somoza?
No estoy de acuerdo. En tiempos de Somoza la lucha era más difícil en cuanto a que la represión era más dura; pero había una meta clara: botar a Somoza. Recuerdo que creíamos que hacer la revolución era botar a Somoza y después venía el reino de los cielos. Y alguien que insistía en que eso no era así era Carlos Fonseca: “No, no, lo más duro viene después”. Y así fue. Gente que no se dejó doblegar por la tortura, se corrompió por el poder y la riqueza.
:::¿Y qué pasa con la juventud de ahora?
No se ve una meta. Se cayeron un montón de referentes y jóvenes y viejos sentimos de repente que quedamos en el vacío. Creo que esa pasividad que se ha visto en la población es una forma de resistencia. Es una forma de desconfiar de partidos políticos que nos engañan y nos han querido seguir engañando, con honrosas excepciones. La desconfianza es resistencia.
:::¿Con una resistencia pasiva se puede botar un gobierno?
No, no. Hay que pasar a una resistencia consciente.
:::Pero usted misma ha dicho que no hay una meta.
Se van construyendo en el camino. En nuestra época, no había que ser genio para saber que había que botar a Somoza. Pero por la historia de Nicaragua, porque hubo una generación que hizo una revolución, porque esa revolución fracasó y ahora tenemos en el Gobierno lo que tenemos, la juventud ya no puede ni debe pensar que hacer una revolución es solo botar a Ortega. Es decirse qué país queremos, qué personas queremos, es otro mundo posible. Los desafíos son tremendos.
:::¿Una nueva revolución sería más difícil?
¡Por supuesto! Porque es más de fondo, más radical.
:::¿Quiénes son los herederos de la juventud de antes, la que protestaba?
Herederos de valores... eso es lo que vamos viendo en el camino... Pero estos muchachos que fueron a apoyar a los ancianos son herederos de los mejores valores no solo de Nicaragua, sino de la especie humana.
Puede haber 400 muchachos protestando; pero hay miles en la Juventud Sandinista que apoyan al Gobierno.
Pero antes no estaban esos 400 y ahora sí están y pusieron a temblar a este Gobierno.
:::¿Qué lo puso a temblar?
El descontento que ha ido creciendo en el pueblo. Una de las muchachas que se llevaron presas era de la Juventud Sandinista y estaba ahí. Mucha gente que antes creía en el Gobierno está abriendo los ojos.
:::¿Qué significa la intervención de la Iglesia?
Una gran fidelidad al evangelio. Me produce gran admiración y mucha gratitud, realmente se comportaron como pastores de un pueblo frente al cual son responsables. Las palabras de monseñor Silvio Báez fueron muy valientes y lúcidas, con raíces en el evangelio y no en intereses políticos.
:::¿Eso podría afectar al Gobierno?
Claro, este es un pueblo cristiano que está oyendo a sus pastores hablar el lenguaje del evangelio y de la realidad. Eso mueve mucho.
Se ha criticado a los jóvenes por “no tener el valor” de hacer frente a las turbas del Gobierno. ¿La única forma de mostrar la represión es enfrentarla?
No. Es que no se trata de hacer acciones suicidas. Se trata de hacer acciones de resistencia y eso requiere de inteligencia, de lucidez, de generar una estrategia que permita ir consolidando el movimiento y no dejar 400 muchachos muertos y hasta allí llegó.
:::¿Cómo empezaron los movimientos en los años de Somoza?
Éramos absolutamente cuatro gatos. Y tampoco íbamos a poner el pecho para que la Guardia nos disparara.
:::¿No se exponían?
No al comienzo. Y si teníamos una turba encima, tampoco nos íbamos a enfrentar. ¿Para qué?, ¿para que nos mataran? Eso es lo que le encantaría a esta gente, que se enfrentaran para que los maten. No se trata de eso.
:::¿En qué medida se fueron exponiendo?
A medida que la revolución iba creciendo, pero además recurriendo a diferentes formas de lucha, que hay que ir inventando en cada momento de la historia. En un momento habrá que enfrentarse, en otros no. No, no, Superman es una tira cómica.
:::¿Tuvieron miedo?
Por supuesto. Nuestras conversaciones eran acerca del terror de que la Guardia nos agarrara y nos torturara. Teníamos pesadillas a cada rato. El problema no es tener miedo, es, como decía Pedro Joaquín, saber qué va a ser uno con su miedo. Pero vencerlo no es exponerse.
:::¿Habrá alguien con el valor de tirarse a un estadio con una manta que diga: “No más Ortega”, como usted hizo con su manta “No más Somoza”?
(Ríe) Van a salir. Tal vez no hagan eso, sino otras cosas. Igual de valientes.
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