El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Con Dios y con el mazo dando
Onofre Guevara López
La confusión Estado-Iglesia, alianza que vino formada entre conquistadores y misioneros, prevaleció formalmente durante los 419 años del coloniaje español, se prolongó de forma constitucional hasta 1893 y hoy prevalece, de hecho, atropellando el carácter laico del Estado determinado por la Constitución Política. Esa alianza ha funcionado y sigue funcionando, pretendidamente como mandato “divino”, sin más finalidad que la de justificar la existencia y prolongación del sistema económico-social vigente por medio del control combinado del poder político y el poder espiritual sobre la conciencia de los dominados.
De esos períodos, que juntos suman 493 años –casi medio milenio— hay casos, hechos y anécdotas de todo calibre acerca de la confabulación de curas y gobernantes tratando de consolidar su poder, utilizando el nombre de Dios, la Virgen María y la Santa Iglesia. Mientras trabajaba un material de carácter histórico, encontré uno de esos hechos protagonizados por personajes conocidos de la política y la iglesia de nuestro país, donde Dios no ha faltado, aunque nunca se haya hecho presente por sí solo.
Cuando en 1917 Don Diego –así le decían a Diego Manuel Chamorro, para no confundirlo con el cacique Chamorro Emiliano, a quien iba a sucederle en la presidencia, el máximo jerarca de la Iglesia entonces, Monseñor José Antonio Lezcano y Ortega –cuyo nombre lo han perpetuado en el populoso barrio occidental de Managua— celebró esa elección, atribuyéndola a voluntad divina, con las ideas más reaccionarias que acerca del origen del poder yo haya leído jamás, y ahora las comparto con ustedes:
“La frase derecho divino de los reyes, que la ignorancia de la incredulidad, o mejor dicho, su perversidad, ha querido presentar como fórmula de tiranía, no es frase que solo afirme el origen divino del poder cuando lo afirman los reyes, sino que afirma el origen divino de ese poder; y así tan exacto es decir derecho divino de los reyes, como derecho divino de los presidentes o de los cónsules, de cualesquiera funcionarios, no importa bajo qué nombre, ejercen el poder público.”(Lezcano y Ortega, 1920,4; citado por Andrés Pérez Baltodano, 2000,493).
Esta ultraconservadora concepción del poder del máximo jerarca católico de Nicaragua –y que otros jerarcas católicos la han expresado a favor de otros gobernantes—, sorprende menos que el hecho de que líderes políticos auto proclamados “revolucionarios” de este tiempo, la hayan revitalizado y hecha suya con toda naturalidad. Lo hace Daniel Ortega, casi un centenar de años después, y lo hizo cuando le entregó el mando del Ejército Nacional al general Julio César Avilés.
La invocación de Ortega de ese concepto del origen divino del poder, lo hizo, aunque de forma más simple, con las siguientes palabras: “Dios pone y quita reyes”. Lo dijo, pensando en que él está en el poder “gracias a Dios”, y con esa delegada “autoridad”, le entregaba su cuota de poder al general Avilés. Ayer, día del 34 aniversario del Ejército Nacional, quizás en su interior, ambos le rogaran al “Dios de los ejércitos” hacer juntos la fórmula del poder después del 2016.
Ortega es fiel a esta magia providencial, en boga entre gobernantes providencialistas latinoamericanos del Siglo XXI, como Hugo Chávez hasta su muerte, y ahora Nicolás Maduro, después de casi 500 años del primer dominio colonial. Y sigue emulando a Chamorro Emiliano, cuando este celebró la victoria del Chamorro Diego Manuel, diciéndole: “Vuestro probado carácter es igual a las grandes responsabilidades que sobre vuestros hombros coloca hoy la Providencia Divina…”
Siempre será poca la preocupación por que en nuestro país, la inexistencia del suficiente interés por el conocimiento de la historia nacional. Porque si hubiese tal interés, nada de la manipulación religiosa pudiera surtir efecto político en la conciencia juvenil, y menos que la juventud pudiera ser atraída por los políticos demagogos de todos los matices y disfraces, manipuladores de la religión.
Claro, pienso en la historia estudiada y enseñada a través de concepciones no mágicas-religiosas, sino al menos, objetivamente, de la realidad circundante. Pero tampoco eso bastaría para desembarazarse de esta manipulación, si ese conocimiento no se ligara a la acción política ni se cotejara con los discursos de los demagogos para descubrir sus discordancias con nuestra realidad.
Para hacer tal cosa, bastaría tratar de encontrarle la imposible lógica a un discurso que ensalza al poder político dominante, atribuyéndole un carácter divino a nombre de Dios y la Virgen María, mientras cometen todos los abusos imaginables en contra de los derechos políticos y humanos de los nicaragüenses. Una demagogia ante un hecho real, no resiste mucho tiempo, ni que se escude tras todas las divinidades que se les antoje.
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Paráfrasis
Gracias a Dios que nos puso a Hugo con petróleo en el camino, “y él nos dio la mano”… ¡pero nos cogimos hasta el codo!
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