Los hermanos Grimm son parientes de Tarantino. También de los Coen. Y Jorge Franco ha descubierto de chiripa esos lazos sanguíneo-literarios en El mundo de afuera,el libro con el que ha ganado el XVII Premio Alfaguara de Novela. Lo supo ayer en Bogotá cuando el jurado del premio le desveló, desde Madrid y por vídeoconferencia, esos ADN que los conectan. Eso fue poco más de una hora después de que empezara la comida en la que se anunció quién era el ganador de esta edición de uno de los premios literarios en español con más resonancia en el ámbito hispanohablante.
La tarde se abrió con el recuerdo y terminaría con el futuro abierto. Todo empezó con un vídeo de los 50 años de Alfaguara condensados en siete minutos. Silencio ante las voces de escritores como Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Sergio Ramírez y Arturo Pérez-Reverte; y las imágenes de Juan Benet, Günter Grass o José Saramago, que servían al narrador para contar la historia de esta editorial que nació en 1964 por iniciativa del constructor Jesús Huarte y bajo la dirección de Camilo José Cela y sus hermanos Juan Carlos y Jorge Cela Trulock.
En 1975 llegaría Jaime Salinas, que le dio un gran impulso, y, sobre todo, creó su alma de vocación de la literatura más contemporánea que ha llegado hasta hoy. Fue él quien llevó a Enric Satué, que diseñó esas portadas exquisitas de un azul definido de manera distinta por cada persona. En 1980, Alfaguara entró a formar parte del Grupo Santillana (del Grupo Prisa, editor de EL PAÍS). En los años siguientes, y hasta hoy, ha sido dirigida por José María Guelbenzu, Luis Suñén, Guillermo Schavelzon, Juan Cruz, Amaya Elezcano y Pilar Reyes. En 1993, bajo la dirección de Cruz, empezó el proyecto de Alfaguara Global, con la edición simultánea en España y América Latina de Cuando ya no importe, la última novela que escribiría Juan Carlos Onetti. En 1997 se incorporó al catálogo Mario Vargas Llosa.
Esta edición recibió 872 manuscritos, un nuevo récord. De ellos, el 44% procedía de España y el resto de América Latina.
Al acto de ayer asistieron, entre otros, José Manuel Caballero Bonald, María Teresa Lizaranzu (directora general de políticas e industrias culturales y del libro), Manuel Vicent, José María Guelbenzu, Rosa Montero, Luis Mateo Díez, Luis García Montero, Manuel Gutiérrez Aragón…
Antes de dar a conocer el fallo, Ignacio Santillana, presidente de Santillana, despejó algunas dudas que revoloteaban en silencio: “El anuncio del premio ha coincidido casualmente con el anuncio de Santillana de la venta de Ediciones Generales a Penguin Random House. Coincidencia que no interviene en el premio. Se trata de una operación empresarial que se enmarca dentro del sector educativo, que es donde va a enfocar Santillana su trabajo ante los cambios que se requieren por el tamaño, la inversión, la tecnología y la búsqueda de nuevas vías de consolidación local y global”.
De vuelta al premio, contó que esta edición recibió 872 manuscritos, un nuevo récord. De ellos, el 44% procedía de España y el resto de América Latina. Llegó el momento, y Laura Restrepo, presidenta del jurado, formado por Sergio Vila-Sanjuán, Ignacio Martínez de Pisón, Nelleke Geel, Ana Cañellas y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), anunció que el ganador se presentó bajo el seudónimo de Antonio Benjamín con la novela Un monstruo indomable, pero que su verdadero nombre era Jorge Franco y la novela El mundo de afuera.
Franco (Medellín, 1972) se hizo popular a finales de los años noventa con la novela Rosario tijeras (una historia de amor protagonizada por una mujer sicario), llevada al cine. Luego seguirían otras como Paraíso travel (también adaptada con éxito al cine) y Melodrama. El mundo de afuera es su octavo libro, tras una carrera iniciada en 1996 con el volumen de relatos Maldito amor.
Sobresalen el horror, los personajes complejos y el sentido del humor a través de la historia de un secuestro contado bajo otra luz
En la obra ganadora, según Laura Restrepo, “sobresalen el horror, los personajes complejos y el sentido del humor a través de la historia de un secuestro contado bajo otra luz. Una obra que empieza como un cuento de hadas y termina como una historia de los hermanos Coen”. El ganador explicó por vídeoconferencia desde Bogotá: “Me despertaron a las cinco para esta buena noticia”.
Para Sergio Vila-Sanjuán la novela ofrece una visión atípica de la violencia en una mirada que va de los hermanos Grimm a Tarantino; mientras Ignacio Martínez de Pisón destacó la creación de “personajes memorables”. El mundo de afuera está basada en hechos reales, en un pasaje de la infancia del autor, con mucha libertad creativa: narra el secuestro de don Diego (un hombre muy rico que vivía en otra época) por parte de El Mono (un joven bandido atracador). El Mono desde pequeño está obsesionado con la hija de Diego, Isolda, que él mantiene encerrada en un castillo para preservarla del mundo. De fondo, la pasión que Diego, un germanófilo casado con una alemana que dejó el Berlín del nazismo para vivir en la copia del castillo de La Rochefoucauld que su marido ha levantado en la ciudad. En la Medellín de los años sesenta y setenta, la víspera del comienzo de la espiral de corrupción, dolor y tragedia en que se sumiría con la violencia y el narcotráfico.
Con esta novela, atinó Juan Cruz, Medellín y Antioquia, el departamento del que es capital la ciudad donde nació el autor, vuelven al primer plano de las letras porque de allí son clásicos como Porfirio Barba Jacob, Tomás Carrasquilla y Manuel Mejía Vallejo; y contemporáneos como Fernando Vallejo, Piedad Bonnett, Juan José Hoyos, Tomás González y Héctor Abad Faciolince. Por eso preguntó: “¿Qué diablos tiene Medellín?”.
Los ganadores en 17 ediciones
Eliseo Alberto, por Caracol Beach y Sergio Ramírez, por Margarita, está linda la mar (1998).
Manuel Vicent, por Son de mar (1999).
Clara Sánchez, por Últimas noticias del paraíso (2000).
Elena Poniatowska, por La piel del cielo (2001).
Tomás Eloy Martínez, por El vuelo de la reina (2002).
Xavier Velasco, por Diablo Guardián (2003).
Laura Restrepo, por Delirio (2004).
Graciela Montes y Ema Wolf, por El turno del escriba (2005).
Santiago Roncagliolo, por Abril rojo (2006).
Luis Leante, por Mira si yo te querré (2007).
Antonio Orlando Rodríguez, por Chiquita (2008).
Andrés Neuman, por El viajero del siglo (2009).
Hernán Rivera Letelier, El arte de la resurrección (2010).
Juan Gabriel Vásquez, por El ruido de las cosas al caer (2011).
Leopoldo Brizuela, por Una misma noche (2012).
José Ovejero, por La invención del amor (2013).
Jorge Franco, por El mundo de afuera (2014)
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