EL SUBCONSCIENTE NO ENGAÑA

A pesar que la versión del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro C que prevaleció fue la que decía que fue la dictadura somocista la que ordenó esa ejecución por razones más que obvias, hubo voces que se levantaron y dijeron que los ejecutores habían sido miembros del pujante movimiento revolucionario, marxista leninista, FSLN por la mimas razones obvias, todas del orden político. La dictadura no soportaba los ataques directos del mártir de las libertades públicas y los marxistas, que todo lo planean con décadas de anticipación, sabían que iba a ser su encarnizado enemigo, porque ante todo y por sobre todo, PJChC era un demócrata convencido, apóstol de la libertad y de la justicia, luego también les convenía su desaparición.

¿Y quien dice que las conspiraciones entre enemigos partidarios en contra de los enemigos comunes que no son otros que los que creen en la libertad, empezaron en estos tiempos? Pues a lo mejor no. Pedro Joaquín era un enemigo mortal de las dictaduras y los dos bandos de facinerosos eran dictaduras, una real y otra en potencia y ahora vemos en que paró esa potencialidad, superando lo que nosotros creíamos insuperable: la dictadura de los Somoza.

No seas así, me pueden decir algunos que hasta esos extremos no llegan con respecto a la realidad de los antiguos sandinistas y actuales orteguistas. Recuerdo muy bien a un amigo que estaba muy bien colocado en la estructuras del poder real, que me dijo que el FSLN de ese tiempo no contaba con la infraestructura necesaria para perpetrar semejante golpe. Acepté ese razonamiento, pero ahora veo la capacidad enorme que siempre tuvo el FSLN y ahora el orteguismo para hacer alianzas con países maestros en los crímenes políticos: la Unión Soviética, Cuba, Alemania Oriental, Vietnam del Norte, la China de Mao, Korea del Norte, Irán. Y para que seguir con la letanía que ya conocemos.

Todo este planteamiento se basa en la realidad actual en la que los orteguistas están empeñados en asesinar nuevamente al incomparable héroe nacional. Ahora están empeñados en hacer desaparecer la memoria histórica que registra la vida heroica del azote de los tiranos. Continuando con su inveterada tradición de rameras internacionales, se entregan a cualquier potencia o país desconocido y se dedican a masacrar la memoria de nuestros héroes y mártires.

El parque Pedro Joaquín Chamorro C, que junto al parque Rubén Darío deberían ser los mimados de las alcaldías de Managua, son pasto del abandono y del entreguismo bastardo de los que odian a la Nicaragua libre y progresista.

Las columnas invasoras de falsos próceres están sepultando el sitio sagrado en donde Pedro Joaquín regó su sangre para no permitir que dictadores corruptos y vende patrias arrastrados como el que ahora está desangrando a los nicaragüenses, lleguen al poder político.

Por eso el Director mártir es tan enemigo de los Somoza, como de los Ortega-Murillo y ambos tenían razones de sobra para aplaudir su desaparición.

Ya es irrelevante quien asesinó a Pedro J, porque el motivo es el mismo: su enemistad eterna con los asesinos y ladrones que han gobernado y gobiernan su querida Nicaragua.

¡VIVA PEDRO JOAQUIN CHAMORRO! ¡VIVA EL VERDUGO DE LOS TIRANOS DE LA ESTIRPE SANGRIENTA Y DE LOS ENTREGUISTAS DESVERGONZADOS! GLORIA PARA SIEMPRE A SU MEMORIA.





Jorge J Cuadra V