Pablo
Esparza
BBC Mundo
En una pared
de piedra de casi 700 metros, en la colina del Parque de la Libertad de
Pretoria, la capital de Sudáfrica, hay grabados más de 95.000 nombres. Y entre
ellos, los de 2.107 soldados cubanos.
"Ese
muro guarda la memoria y rinde homenaje a aquellos que murieron para que hoy
Sudáfrica tenga paz y democracia. Y en esa lucha Cuba representó un papel importante",
le dice a BBC Mundo Victor Netshiavha, curador jefe del memorial, impulsado por
Nelson Mandela e inaugurado en 2007.
Pero,
¿quiénes fueron esos cubanos que "lucharon por la liberación de
Sudáfrica"?
"Sin la
derrota en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones nunca hubieran sido
legalizadas"
Nelson
Mandela
Los nombres
presentes en el muro de Pretoria son los de los soldados muertos en la batalla
de Cuito Cuanavale, en Angola, en 1988, a la que el líder sudafricano Nelson
Mandela, fallecido el jueves 5 de diciembre, se refirió en diversas ocasiones
como un punto de inflexión en la lucha contra el apartheid.
"Aquella
impresionante derrota del ejército racista le dio a Angola la posibilidad de
disfrutar de la paz y consolidar su soberanía. Le dio al pueblo de Namibia su
independiencia, desmoralizó al régimen racista blanco de Pretoria e inspiró la
lucha contra el apartheid dentro de Sudáfrica (…) . Sin la derrota en Cuito
Cuanavale nuestras organizaciones nunca hubieran sido legalizadas", dijo
Mandela ante una multitud el 26 de julio de 1991 en Matanzas, Cuba.
Hacía apenas
un año y medio que el líder sudafricano había salido de la prisión de Robben
Island –donde había permanecido durante 27 años- y aquella era su primera
visita a Cuba.
La
batalla decisiva
Cuito
Cuanavale fue quizá una de las batallas más decisivas de la guerra civil
angolana, que duró casi 30 años, desde 1975 hasta 2002, y en la que la
intervención cubana tuvo un papel clave.
"En
esos momentos había 50.000 soldados cubanos en Angola. En la ofensiva
participaron 10.000", le cuenta a BBC Mundo el periodista cubano
Hedelberto López Blanch, autor del libro Cuba, pequeño gigante contra el
apartheid.
En el
conflicto angolano se enfrentaron las fuerzas del gobierno del Movimiento
Popular de Liberación de Angola (MPLA) –en aquella época de inspiración
marxista y apoyado por Cuba y la Unión Soviética- contra el grupo insurgente
Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), apoyado por el
gobierno del apartheid sudafricano y por Estados Unidos.
"Cuito
Cuanavale fue un punto de inflexión en la historia de África. Los militares del
gobierno del apartheid habían ocupado todo el sur de África después de 1975
buscando dar marcha atrás a las independencias de los pueblos de esa región.
Con el apoyo de los cubanos, los angolanos vencieron a las fuerzas del
apartheid. Fue una derrota total. A partir de ese momento, Pretoria negoció con
los angolanos y namibios y condujo a la independencia del sur de África.
Después se iniciaron las negociaciones con el Congreso Nacional Africano (ANC,
por sus siglas en inglés) que concluyeron con la liberación de Nelson Mandela y
al fin del apartheid", le comenta a BBC Mundo Horace Campbell, profesor de
ciencias políticas y experto en relaciones entre África y América de la
Universidad de Siracuse, en Estados Unidos.
"Fue la
mayor batalla desde el final de la II Guerra Mundial entre noviembre de 1987 y
junio de 1988", agrega.
La sombra de la Guerra Fría
Para
algunos, la guerra civil de Angola en los 70 y 80 se puede leer como una pieza
más de la Guerra Fría y en esa clave de intereses políticos interpretan la
intervencion cubana en el continente.
"La
región del sur de África estaba en el centro de la Guerra Fría en los 80. Los
gobiernos occidentales rechazaban en ese momento apoyar al ANC y ayudaban al
gobierno blanco de Sudáfrica. En cambio, el bloque soviético sí prestó su apoyo
(la Unión Soviética, Alemania Oriental, Cuba…). Les dieron, junto al Partido
Comunista Sudafricano, ayuda militar y financiera", apunta a BBC Mundo el
analista en temas sudafricanos de la BBC Farouk Chothia.
Sin embargo,
el conflicto tuvo lugar en un contexto regional complejo y lleno de matices.
El gobierno
de Pretoria –que controlaba en aquel momento la actual Namibia- era una de las
principales potencias de la región y las cuestiones raciales y los procesos de
descolonización tuvieron un papel fundamental.
"La
narrativa sobre la Guerra Fría en este caso haría pensar que la lucha por la
independencia en África era secundaria. Para quienes ponen la cuestión de la
Guerra Fría por delante de ese aspecto, parecería que los africanos no querían
la independencia", dice Campbell.
"Internacionalismo"
En ese
sentido, La Habana justificó su intervención en Angola –que se había iniciado
en 1975- en nombre del internacionalismo y la solidaridad.
"En los
años de la colonia llegaron a Cuba más de un millón 200.000 africanos como esclavos.
Muchos de ellos lucharon en las guerras de independencia. Por eso Fidel Castro
decía que yendo a África a luchar contra el apartheid y el colonialismo se
estaba pagando una deuda pendiente", señala López Blanch.
El gobierno
de Cuba -donde el servicio militar es obligatorio- siempre aseguró que los
soldados enviados a Angola eran voluntarios.
Sin embargo,
voces críticas señalan que, en aquella época, negarse a viajar a África podía
suponer un estigma y un freno a una carrera futura.
Apoyo al ANC
"Fidel
Castro decía que yendo a África a luchar contra el apartheid y el colonialismo
se estaba pagando una deuda pendiente"
Hedelberto
López Blanch, periodista y escritor
Pero la
influencia cubana en la política sudafricana en los 80 no deriva solo de la
intervención militar en Angola.
La Habana
también apoyó desde mediados de los 70 directamente al ANC, el partido de
Mandela, clandestino en Sudáfrica y con muchos de sus miembros en el exilio en
aquel momento.
"Joe
Slovo, el secretario del Partido Comunista y Oliver Tambo, secretario del ANC,
le pidieron a Cuba ayuda para entrenar a combatientes sudafricanos. La mayor
parte de esos entrenamientos tuvieron lugar en Angola. Cuba entrenó
combatientes del ANC tanto en fuerzas especiales como comandos urbanos, voladura,
minas, lucha clandestina… Una serie de especialidades que ellos pedían para
incrementar la lucha dentro de Sudáfrica", indica López Blanch.
Después de
la caída del apartheid y tras la victoria en las elecciones de 1994, el ANC se
transformó en el partido de gobierno y Nelson Mandela en presidente del país.
Poco
después, Cuba se convirtió en el primer país reconocido diplomáticamente por su
gobierno.
Y en 1995,
el ya presidente Nelson Mandela, agradeció una vez más la ayuda cubana en una
conferencia de cooperación entre los dos países.
"Compartieron
las trincheras con nosotros en la lucha contra el colonialismo, el
subdesarrollo y el apartheid. Cientos de cubanos dieron sus vidas,
literalmente, en una lucha que era, ante todo, nuestra, no suya. Como sudafricanos,
les damos la bienvenida", dijo.
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