El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Constitución a lo “Frankenstein”



Onofre Guevara López

Las reformas a 39 artículos, más la derogación de 8, hacen un total de 47 artículos afectados de los 202 que comprende la Constitución de 1987, son suficientes remiendos para transformarla en otra clase de Constitución. Con estas reformas, Ortega está haciendo su propio monstruo “constitucional”, para cual evadió la consulta popular (el plebiscito) y una Asamblea Constituyente que pudiera haberle dado una mejor fisonomía a la Constitución.

Desde su exposición de motivos, comienza su colección de lugares comunes de las retóricas jurídica, política, ideológica y religiosa, además de algunas deudas con la buena redacción. En el Artículo 5, además de que hay de todo eso, se limitan las funciones de los partidos políticos y se eliminan las trabas para los partidos que pretendan instaurar una dictadura, lo que viene siendo una auto-concesión que se hace el orteguismo, por cuanto es el único grupo afanado por establecer un régimen dictatorial.

A la mitad del Artículo 5 desaparece la pluralidad étnica de la nación nicaragüense –junto a la totalidad del segundo párrafo—, para dar lugar a la reforma sobre…”los valores cristianos, los ideales socialistas, las prácticas solidarias, el reconocimiento a las distintas formas de propiedad, la libre cooperación internacional y el respeto a libre determinación de los pueblos”. Toda una jerigonza, donde mezcla los valores religiosos moralistas y los valores ideológicos políticos con el carácter de la propiedad y las bases para las relaciones internacionales.

Luego, las reformas al referido artículo, siguen expuestas en cuatro largos párrafos con lecciones primarias sobre el significado del pluralismo político, el cual termina…”en los procesos electorales establecidos en la Constitución y las leyes”. Lógicamente, estos procesos estarán, sin falta, dentro del modelo pre determinado por el orteguismo y ejecutado por la corrupta maquinaria electoral a su servicio.

El Artículo 5 a suplantar, continúa con una lección propia del catecismo dictado en cualquiera de las parroquias de la iglesia, pero nada apropiadas para una Constitución política de un país laico: “Los valores cristianos aseguran el amor al prójimo, la reconciliación entre hermanos de la familia nicaragüense, el respeto a la diversidad individual sin discriminación ninguna y la opción por los pobres”. (Faltó el Amén). Estos conceptos, además de estar ubicados fuera del contexto idóneo, han sido recitados, desde hace siglos, para manipular la conciencia popular.

“Los ideales socialistas”, también están entre las “lecciones” primarias de un artículo constitucional, incongruente con un Estado realmente capitalista –de forma y fondo—, como es el vigente en nuestro país. Resalta su contradicción con la realidad cotidiana, la cual ningún Estado cambia por la simple invocación de un concepto: “Los ideales socialistas promueven el bien común por encima del egoísmo individual, buscando la construcción de una sociedad más inclusiva, justa y equitativa, impulsando la democracia económica que distribuye la riqueza nacional y se erradique la explotación entre los seres humanos.”

Ortega no repara en que ego es lo mismo que individuo, y habla del “egoísmo individual”, pleonasmo con el cual quiere adornar la Constitución. Parece estar muy seguro de lo que hace, pues si “la guardia lee como quiere”, él puede escribir como le guste.

El primer ciudadano que mejor puede advertir que las justificaciones de las reformas son una retórica vacía, falsa, demagógica, es don Carlos Pellas, quien con su práctica empresarial y como gobernante virtual desde hace varios años –detrás de todos los gobiernos—, la ha venido desmintiendo. Y Ortega –ahora colega capitalista de Pellas—, se inspira y apoya en su pensamiento para justificar los refritos jurídicos-políticos de sus reformas. ¡Qué lindo consenso!

Ortega sabe que nunca podrá conciliar sus “ideales socialistas” con los monopolios y las utilidades de don Carlos, los suyos y los de sus asociados, pero necesita proclamarlos para embellecer a su “Frankenstein”.



Como si hiciera falta una vacuidad más, aquí siguen otras en la retórica orteguista, cuando proclama la tercera joya de su obra en el Artículo 5: “La solidaridad entre los y las nicaragüenses (solo faltaron las @ rosaristas), debe ser un acción común que conlleve a abolir prácticas excluyentes y que favorezcan a los más empobrecidos, desfavorecidos y marginados…” En el párrafo final del benemérito y caritativo Artículo 5, Ortega no cambia la jerigonza, sino que agrega otros términos sin posible reflejo en la realidad, como “sentimiento”, “unidad”, “ayuda mutua”, “paz”, “reconciliación”.

Tan alejados están esos conceptos de la cotidianidad, que invitan a hacer preguntas indiscretas: ¿acaso un ejemplo de “solidaridad” y “ayuda mutua”, son las practicadas por los gobiernos –incluido el de Ortega—dejándole de cobrar a don Carlos los impuestos por su edificio de la carretera a Masaya, el cual lo hizo pasar como de interés turístico, siendo un edificio para sus actividades comerciales?

¿Alguien se acuerda de los trabajadores con insuficiencia renal crónica, causada por el largo tiempo cortando la caña de azúcar? Si alguien lo recuerda, también debe tener presente, la relación que tiene el capital de don Carlos con todo eso. ¿Y la relación de la creciente accidentalidad con el creciente consumo de alcohol, y la enorme renta que eso les proporciona a sus “productores”?

Mejor parar aquí, pues no vaya a ser que se me acuse de insensibilidad humana y social. Mejor reproduzco la tierna y cariñosa mención que don Daniel hace de don Carlos en la exposición de motivos de sus refritos reformeros: “Parafraseando al empresario Carlos Pellas, la alianza conlleva a una unidad de propósito para el desarrollo y la búsqueda de consenso que cree la confianza en el sector empresarial.”

Quizá tengamos la oportunidad en otra ocasión de reproducir ideas de don Carlos Fonseca sobre el capitalismo, o recordar cuando intentaron secuestrar a don Carlos, no precisamente por un sentimiento de solidaridad. Por ahora, solo tengo espacio para recordar que la “unidad de propósito” que menciona Ortega, es el nombre con que Somoza bautizó una colonia al nororiente de Managua. ¿Mera coincidencia, o “unidad de propósito”?

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Paráfrasis



Las reformas “favorecerán a los más empobrecidos” (con láminas de zinc), a los “desfavorecidos” (con el premio mayor de la Lotería) y a los “marginados”… ¡llevándolos al parque El Carmen!

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