I (Monterroso)
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba
allí.”
(Augusto Monterroso, Obras completas y otros
cuentos)
II (Adán)
Hoy ya puedo discernir esa extraña
sensación que ahora llamo estar despierto.
Algo así como salir a flote después de naufragar en el indecible tiempo de
los dinosaurios que ahora llamo estar dormido.
Sucedió anoche. No hubo nadie a mi lado –porque no hay todavía otro yo en el
mundo– para decirme que cuando desperté el dinosaurio todavía estaba allí. Después
no supe qué hacer con ese extraño suceso –me refiero, por supuesto, al hecho de
despertar, no a la presencia del dinosaurio– y han pasado ya siete días y siete
noches seguidas sin que pueda volver a estar
dormido para ver si al despertarme el dinosaurio continúa todavía estando
allí.
II (Eva)
– Sólo espero, amor mío, que siempre
pueda estar yo allí contigo, y no ese impertinente dinosaurio, cada vez que tú despiertes.
III (Noé)
Treinta y nueve noches de
insomnio me vencieron. Dormí con la cabeza entre las manos, porque la lluvia y
el vino eran muy fuertes, y soñé con una tierra seca y un bellísimo arcoiris. Al
día siguiente, cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí, en la popa
del Arca, llorando de rabia y desventura. Para consolarlo, hice muchos trucos
con sombreros y palomas, pero no pude impedir que el pobre viudo, abrazado a su
hembra exánime, se arrojara con ella por la borda, tan sólo tres horas antes
del fin del diluvio que duró cuarenta días. Y eso explica por qué ya no quedan
dinosaurios en el mundo y sólo cuentan en la paleontología y en algunos microcuentos
como éste.
IV (Jacob)
Se me hizo de noche y arrimé una
de las piedras de aquel lugar y me dormí sobre ella. Y soñé que había una
escalera, apoyada en tierra, que alcanzaba hasta el cielo, y que por ella subía
y bajaba sin cesar un hermoso dinosaurio. Cuando desperté, el dinosaurio
todavía estaba allí. Y ahora sé que ya nunca podré despertarme de este sueño
donde sigo soñando que cuando despierte el dinosaurio todavía estará allí, en otro
sueño donde sigo soñando que cuando despierte el dinosaurio todavía estará
allí, en otro sueño donde sigo soñando que cuando despierte el dinosaurio
todavía estará allí, en otro sueño donde sigo…
V (Moisés)
Tú, que cuando despierto sigues
estando allí en esa zarza ardiendo, ¿cómo te llamas, Dinosaurio?
Jorge Alvarado Pisani
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