El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 1 de septiembre de 2011

SABOR A NICARAGUA


Por Luis Alberto Cabrales

Nicaragua sabe a nacatamal, huele a sacuanjoche y suena a marimba. Nicaragua tiene sabor a agua de coco, a tierra mojada y a carnitaasada de la esquina.
En la mañana, Gallopinto con tortilla y una taza de café con leche y en la noche a atol con güirila. Es un buen pedazo de queso ahumado de donde las Narváez con tortilla, es una taza de leche agria de donde Romulete. Nicaragua tiene sabor a jocote tronador, a pelusita de tamarindo, a guayaba madura, a cajeta de leche de Diriomo, a raspado relleno de Loly que cuando metemos el dedo para que el hielo nade mejor en el sirope nos queda manchado y no podemos negar que comimos raspado.
 Para el hambre que quema las tripas, no basta con una carne en Baho, se requiere una orden de carne asada, maduro frito con queso y un buen vaso de chicha, quien sabe si un Vigorón también.
Nicaragua es el peso de las flores que adorna la cabeza de la monimboseña, el cenzontle que cruza los montes, el guardabarranco sobre la rama. Es el meneo sensual de la costeña y su palo de mayo y la tristeza norteña del violín de talalate.
Tanto rogar por alcanzar el paraíso, y lo tenemos a la vuelta: las isletas de Granada sin tráfico, ni vidrios ahumados, ni televisión. En Corn Island, es fácil encontrar nuestra soñada isla desierta y percibir los olores de este hueco del planeta!
Huele a pescado, a aceite de coco, a cuerpo al sol, a agua salada. Nicaragua sabe a naranjada, a limonada, a pozol con leche. Es tiste envuelto en hojas de chagüite, es maíz pujagua, es yoltamal y revuelta.
Suena a 'me lo das con ipegüe' a 'aquí va el chancho con yuca'; a viva el Bóer', 'viva el Diriangén!, abe también a un cumbo de atol caliente en una tarde de lluvia a cajeta de purísima en diciembre, huele a madroño y a reseda. Nicaragua, como dijo Rubén, es pequeña pero uno grande la sueña, grande para los que se quedaron, grande para los que nos fuimos y grande para los que sólo están de paso.
Es el calor que te despierta sudando de la siesta y el aguacero que te arruina el uniforme del 15 de septiembre. Nicaragua es vivir con la danza de los lagos bajo tus pies y con el olor del fogón llamándote cual canto de sirena. Nicaragua es temblor, es lagos, es lagunas, es volcanes. 'Alabado sea el santísimo sacramento del altar...', el tum tum de los chicheros en la procesión, los negritos y las 'vacas' anunciando a Santo Dominguito.
Es San Jerónimo Doctor con su pito y su tambor en Masaya, el San Sebastián en Diriamba. Es el promesante, el eterno penitente donde caminando curamos las penas, damos las gracias y pedimos lo que creemos que nos falta.
Nicaragua suena a cigarras anunciando lluvia, a pocoyos al amanecer y a monos congos en la noche de la selva atlántica. Nicaragua es un triángulo en donde se conjugan perfectamente el Cocibolca y el Xolotlán. Qué linda es Nicaragua bendita de mi corazón. No hay una tierra en todo el continente tan hermosa y tan valiente como es mi nación.
Nicaragua tiene el ardor de una raja de canela, el picorcito del clavo de olor, y el tinte del achiote. Huele a gallina de patio, al almendro de´onde la Tere, a níspero y a marañón. En Navidad sabe a chompipe relleno, en Semana Santa a curbasá y a cuznaca y en las fiestas patronales a chancho con yuca, a indio viejo, a masa de cazuela.
Nicaragua, Nicaragüita la flor más linda de mi querer. Salve azucena divina, cantan los fieles marianos en las purísimas. Otros preferimos el caballito chontaleño, la queja india, el solar de Monimbó, algunos no tan viejos recordamos a los Pancasán de épocas pasadas y a Panchito Cedeño.
A mí, la patria me sabe, me huele y me suena a sacuanjoche, es azul y blanca, es huele de noche, es jazmín recién cortado y parafraseando a uno de nuestros grandes compositores, Erwin Krüger:'quiero tener el consuelo de quedar cuando me muera cerca del fresco arroyuelo en cuyas aguas bebiera y así mi alma por los montes cuando esté clareando el día convertida en un cenzontle cantará estás melodías'. Así es Nicaragua, así es mi país, la tierra mía donde yo nací.

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