El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Comer en familia

Bernardo Kliksberg (*) | 10/11/2010

¿Es importante comer en familia? Los nuevos estudios sobre el tema no dejan lugar a dudas. Según Kendrick, un terapista de familia, “Es la mejor vitamina diaria que los padres pueden dar a los hijos”. Implica interactuar en el marco de las comidas familiares, recibir preguntas sobre que han hecho en la escuela ese día, quienes son sus amigos, que tal el maestro, o hacerlas sobre en que están trabajando sus padres. Enterarse en las conversaciones de dónde vino la familia, de dónde llegaron los abuelos, qué hacen los tíos y primos. Escuchar en ellas comentarios sobre las noticias del día. Y junto a ello intervenir en un plano de igualdad, sin temores, ni vergüenzas, ni inhibiciones. Ser alentado a hacerlo, y estimulado naturalmente. Todo ello sumado, es mucho. Mejora la autoimagen, fortalece la autoestima, desarrolla el pensamiento crítico-creativo, moviliza la capacidad de participar, construye una identidad sana. Es un instrumento poderoso en el corto y el mediano plazo. Es una vía maestra para desarrollar la famosa y tan imprescindible inteligencia emocional.

Los estudios indican que practicar esta costumbre en forma sistemática, y sin teléfonos, blackberries, ni TV encendidos, está asociado después con conductas como evitar el embarazo adolescente, más altos puntajes en la escuela, menos desordenes de comida en jóvenes.

Los niños en general mejoran su sensación general de felicidad. Pero las consecuencias no son sólo positivas para ellos. Un estudio de Barilla sobre 2000 adultos americanos, encontró que los que comen con sus hijos regularmente, tienen un nivel de satisfacción de la vida más alto.

Comer en familia es una de las expresiones de la vida familiar. Hay muchas otras, de enorme contenido espiritual, afectivo, y educativo.

Por ello a pesar de las ideologías antifamilia que circulan con frecuencia, y de los esfuerzos que implica formar, establecer y llevar adelante una familia, ella sigue siendo una institución de total vigencia. Una reciente investigación en Estados Unidos, muestra que el matrimonio es parte de la vida de la gran mayoría de los americanos. Tomando los de 40 años, se comprueba que el 81% se ha casado por lo menos una vez. También las cifras indican que si bien hay un modesto descenso histórico en los últimos 30 años, también lo hay en las cifras de divorcio.

La familia está en pie, pero sus posibilidades de tener y criar hijos y desarrollarse en economías tan turbulentas e individualistas están muy ligadas a que la sociedad lleve adelante políticas públicas protectoras. Un ejemplo interesante es el francés. Las familias francesas tienen dos bebés promedio frente a sólo 1.5 en la Unión Europea en su conjunto. El país invierte en la familia. El año pasado, gastó el 5.1% de su producto bruto, 135.000 millones de dólares en familia, cuidado de niños, y beneficios de maternidad. Entre ellos junto a las licencias postparto de cuatro meses, paga generosas ayudas familiares, deducciones fiscales por niño, descuentos para familias grandes en los trenes, hogares de cuidado gratuitos de buena calidad para los niños de 3 a 5 años a los que está asistiendo el 99% de ellos, y hasta tratamientos integrales de rehabilitación fiscal para el periodo postparto.

En América Latina, la familia tiene fuertes raíces culturales, y es valorizada por los jóvenes en las encuestas como la institución en que más creen, pero muchas familias se destruyen bajo los impactos de la pobreza, o crece la tasa de renuencia a formarlas por las incertidumbres económicas severas, el déficit de vivienda, y la falta de apoyos públicos.

Con algunos avances, falta mucho para que la política pública garantice a todos con apoyo de la sociedad, que establecer una familia, es un derecho real, y no sólo retórico.

(*) Asesor Principal de la Dirección Regional del PNUD para América Latina y el Caribe

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