Las declaraciones del Dr. Roberto Rivas Reyes, Presidente del Consejo Supremo Electoral reaccionando a las opiniones expresadas por varios de los miembros del episcopado nicaragüense exceden los límites de la decencia y de lo tolerable.
En efecto, los señores Obispos, cumpliendo con su deber como servidores del pueblo de Dios han expresado desde su propia perspectiva pastoral su profunda preocupación por el grave deterioro de la institucionalidad democrática y del Estado de Derecho, subrayando, en particular la necesidad de remplazar prontamente a los magistrados del Consejo Supremo Electoral a quienes se les venció el período y que son responsables del masivo fraude electoral cometido por dicho Consejo en ocasión de las elecciones municipales del 9 de noviembre de 2008. Por tal motivo,
- Nos solidarizamos con los Señores Obispos individualmente y con la Conferencia Episcopal Católica de Nicaragua en su conjunto, y les agradecemos el apoyo que están brindando al pueblo de Nicaragua en temas tan importantes.
- Demandamos que los nuevos integrantes del Consejo Supremo Electoral electos por la Asamblea Nacional sean personas idóneas por sus calidades personales y por su trayectoria de honestidad, civismo y apego a las leyes de la república.
Animados por el ejemplo de unidad y coherencia del que dan prueba nuestros Obispos, exhortamos a todos los actores de la sociedad civil así como de las organizaciones y movimientos políticos a imitarlos y emularlos. Nos preocupa grandemente la postura del Señor Cardenal Miguel Obando Bravo quien, contradiciendo sus propias enseñanzas y ejemplos de épocas en las que cumplía fielmente con su deber de pastor, hoy avala por acción u omisión las actuaciones ilegales, anti-constitucionales y violatorias de los derechos humanos del gobierno central.
Después de profundo análisis y habiendo hecho las consultas pertinentes entre personas competentes y prudentes, hemos llegado a la conclusión de que si el Sr. Cardenal Obando, violando el Derecho Canónico, persiste en actuar contra las decisiones de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, sería conveniente que la Santa Sede lo llame al orden y lo traslade a una casa de retiro sea de la orden salesiana (a la que perteneció originalmente) o de la propia Santa Sede, encomendándole alguna tarea constructiva. Expresamos respetuosamente este deseo, sin perjuicio de mejores opiniones, confiados en que los organismos competentes del Vaticano encontrarán la solución más beneficiosa para los intereses del rebaño de Cristo presente en Nicaragua.
Managua, 28 de octubre de 2010
José Esteban González Rappaccioli
Presidente Nacional PSC
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