DUEÑOS DE LA PALABRA
Luis Rocha
¡Hola socios! Considero apropiado
iniciar ésta intervención saludándolos como socios: Sociedad de los periodistas
lectores, cimiento de la sociedad de los periodistas hacedores. Junto con el
pueblo de Nicaragua, accionistas mayoritarios de EL NUEVO DIARIO, y por ser
accionistas espirituales, más importantes que los materiales. Esto se acaba de
hacer evidente gracias a todos los
periodistas de EL NUEVO DIARIO y con la espontanea alerta roja de la
ciudadanía. Porque al cumplir este baluarte de los ideales del pueblo 31 años
de existencia este 19 de mayo del 2011 –atravesando por una grave crisis
económica- las acciones de la dignidad, la ética, la moral y la solidaridad
subieron de valor y se impusieron por encima de cualquier propósito político
que pretendiera desvirtuar el sentido y razón de ser de éste periódico. Todos
nosotros somos los dueños de las acciones que hicieron posible que EL NUEVO
DIARIO se mantenga en los nobles propósitos de su origen el 19 de mayo de 1980.
La lucha continúa para que, como proclamara Pedro Joaquín Chamorro Cardenal,
Nicaragua vuelva a ser república: Un país sin corrupción, que algún día lo será
en gran parte gracias a una información libre, porque ciertamente, y tal como
se expresa en la convocatoria para hoy, “no hay democracia sin prensa
independiente”. De esa República de Papel, todos somos habitantes y
responsables. De esa prensa independiente, todos somos dueños, accionistas
mayoritarios, dueños de la palabra.
Como uno de los fundadores de EL
NUEVO DIARIO, a propósito de estos últimos acontecimientos que lo pusieron en
peligro, debo decir que cuando lo fundamos en 1980, ningún ánimo de lucro cruzó
por nuestras mentes, y con ese desprendimiento material de auténticos
revolucionarios, de esa mezcla –si hubiésemos sido de órdenes religiosas- de
San Francisco de Asís con San Ignacio de Loyola, nacimos de la nada hace ya 31
años y unos pocos días. Fue el espíritu de servir lo que nos alentó; la opción
preferencial por los pobres que en aquel momento y fue verdad, eran
representados por la revolución. Participamos entonces, no me importa si
ingenuamente, en lo que estábamos convencidos de lo que pudo ser el principio
del fin; el advenimiento de algo nuevo que ponía punto final a lo viejo por
corrupto y obsoleto, y por eso el primer
lema de EL NUEVO DIARIO, fue el de “un periodismo nuevo para el hombre nuevo”.
También lo hicimos como el más hermoso y auténtico homenaje periodístico que se
pudo tributar en la historia de Nicaragua, a todos cuantos cayeron luchando
contra la dictadura somocista, entre ellos un hijo de Danilo Aguirre, Danilo
Aguirre Aragón. Cuando pienso en ello me
indigno por la canallada de quienes cuando se aviva su irracionalidad ponen en duda, con tal de hacer politiquería,
la integridad de un hombre con la trayectoria opositora de Danilo Aguirre
Solís, quien junto con su esposa Alba sufrieron la ofrenda de un hijo en la
lucha por la libertad. Debo decirles que, pese a la pobreza con que comenzamos,
sentí que en aquel momento resucitaban con nosotros todos los caídos antes y
después de la guerra de liberación. Y entre ellos, por supuesto, Pedro Joaquín
Chamorro Cardenal.
Precisamente por ello digo que EL
NUEVO DIARIO nació el martes 10 de enero de 1978, día en que asesinaron a
nuestro Director, en aquel momento de “La Prensa” y de cuantos laborábamos ahí,
algunos con cargos de dirección con lo que después continuamos en EL NUEVO
DIARIO. Digo yo que nació ese día, porque con su martirio dieron fruto años y
años de lucha anti somocista. Años y años de hacerle frente a la “estirpe
sangrienta” se condensaron en el martirio de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
Años y años de rebeliones frustradas y sanguinariamente reprimidas y cárceles y
torturas se acumularon a más no poder e hicieron erupción en la insurrección
popular de 1979, detonante que propició el triunfo de la revolución en 1979. La
que triunfaría el 19 de julio de aquel año, fue una revolución que se hizo
contra la injusticia, la pobreza, la corrupción, la reelección y toda forma de
continuismo o nepotismo. En definitiva, contra todo aquello que había luchado
Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
Por eso digo que EL NUEVO DIARIO
nació el 10 de enero de 1978 y se consolidó el 19 de julio de 1979. Ese es su
proceso de gestación para acabar naciendo el 19 de mayo de 1980. En la
presentación de dos memorias de EL NUEVO DIARIO, en ocasión de haber cumplido
veinte y veinticinco años, diría que Xavier Chamorro corrobora cuanto he
afirmado: “Este diario tiene como punto de partida la autoestima de sus
integrantes-fundadores, el respeto a la dignidad de las personas y un
indeclinable e insobornable apego a la justicia y por ello mismo a la defensa
de los sectores populares, de los más desfavorecidos y expoliados, en fin, de
los desheredados de la tierra, a quienes nos debemos todos aquellos que, sin
distingos de capas sociales o aliños ideológicos, anhelamos ostentar el cada
día más difícil título de seres humanos.”
“Provenimos de Pedro Joaquín Chamorro
Cardenal y de su periódico. Ahí laboramos hasta que discrepamos de los dueños
mayoritarios, frente a un proceso revolucionario que encendió de esperanza a
toda Nicaragua y América Latina, y que, a pesar de los pesares, estremeció al
mundo, el cual no podía quitar los ojos de esta pequeña patria que muchos, aún
hoy, soñamos grande… El 80% de los trabajadores y el equipo de dirección de
aquel periódico nos venimos a fundar un diario nuevo acorde con los tiempos y
fogueados todos por la lucha anti somocista. Sentimos entonces y sentimos ahora
que nos habíamos traído a Pedro, mi hermano, con nosotros. De la lucha contra
la dinastía que creyó acabar con la vida del Mártir de las Libertades Públicas
un diez de enero de 1978, pasábamos ahora, con EL NUEVO DIARIO, a la lucha por
el pueblo y para que éste conservara el poder que legítimamente le pertenecía y
que había logrado conquistar el 19 de julio de 1979…Interminable sería la lista
de lealtades y heroísmos que contrarrestaron enormes dificultades económicas y
la escasez que en no pocas ocasiones, estuvieron a punto de producir el cierre
del periódico…Hemos pasado por todo; la ruptura de sueños y anhelos que,
pisoteados, obliga a engendrar otros sueños y anhelos para no darnos jamás por
vencidos; y otra vez la metamorfosis del pasado que vuelve hoy para enfrentarse
a mi hermano Pedro, quien, en y con nosotros, sigue luchando para que Nicaragua
alcance a ser la República que él soñaba y por la que dio su vida.”
En EL NUEVO DIARIO tuvimos la suerte
de contar, en los dos principales puestos de dirección, con dos pilares de la
democracia y de valor ciudadano: el Ing. Xavier Chamorro Cardenal y el Dr. Danilo
Aguirre Solís. Xavier se refirió como innumerables y heroicas las lealtades de
los periodistas fogueados en la lucha anti somocista, y el mismo calificativo
de heroicos les doy en la actualidad por su lucha contra toda forma de
corrupción. Estoy seguro que Danilo comparte conmigo el sentimiento de que este
homenaje es también para Xavier Chamorro, en quien siempre percibí a un hombre
que nos honró con su amistad y que pese a su falta de visión, lo abarcaba todo,
ya sea técnica o políticamente hablando, pues que fue indestructible su visión
enceguecida. Xavier se sabía el engranaje de una rotativa como que fuera su
propio organismo. Localizaba sus males a través de la visión de su falta de
visión, sorprendiendo con sus acertados diagnósticos a mecánicos y técnicos.
Políticamente se decepcionó de los oportunistas de hoy. Nada ni nadie lo engaño
nunca. Treinta años de haber sido asesinado había cumplido Pedro, cuando
falleció Xavier en enero del 2008. Por ello es imposible dejar de evocar la
imagen de Xavier, hace 31 años, llevando sus pertenencias y economías para
fundar EL NUEVO DIARIO. Desapegado de lo superfluo. Eternamente apegado a la
verdad y lo verdadero. Libre y bueno. Un hombre libre.
Nadie mejor entonces, que el propio
Xavier para referirse a Danilo en este homenaje, cuando en ese mismo texto que
he venido citando, dice: Resumamos mejor el nombre de todos, en uno solo: EL
NUEVO DIARIO. Pero permítaseme mencionar uno que, junto con el de todos,
siempre va a la par del mío: el del Dr. Danilo Aguirre, Subdirector, después
del asesinato de Pedro, en aquel otro periódico, y hoy, junto conmigo, Director
Fundador de éste. Danilo con su consejo jurídico y político, con su enorme
experiencia periodística y con su humanismo a toda prueba, contribuye
cotidianamente a que EL NUEVO DIARIO ponga el dedo en la llaga pase lo que
pase, puesto que lo principal para nosotros es que las nuevas generaciones de
nicaragüenses no se vean obligadas a enfrascarse en otra guerra civil o a
escaparse por la vía de las drogas, cuando viejos y nuevos políticos se coluden
para repetir nuestra sangrienta y triste historia.”
Este “Homenaje a Danilo Aguirre Solís
y Acto de solidaridad con los trabajadores de El Nuevo Diario”, tiene el
sentido de recordarnos de dónde venimos y de las amenazas de que se repita una
historia sangrienta. Tiene el sentido de rechazar un pasado somocista y a la vez
un presente de drogadicción, incluyendo la politiquería como la más funesta de
las drogas. Tiene el sentido de reafirmar que
aquí hay voz para quienes quieren ser privados de voz, y que es deber de
los periodistas ser pluma de mancos con ideales y denunciar, aún a riesgo de la
vida, cuando a los pueblos se les quiere impedir que conozcan la verdad que
están viviendo. Cuando asesinaron a Pedro, nosotros los fundadores de EL NUEVO
DIARIO tuvimos la certeza de que podíamos correr igual suerte, y no
claudicamos, sino al contrario. Este homenaje a Danilo tiene el sentido de
recordar el valor de todos quienes nos antecedieron en esta lucha y nos
inculcaron entereza, ética y dignidad como Pedro y Xavier. De ellos provenimos,
y el pueblo, como hace poco lo demostró durante la crisis de EL NUEVO DIARIO,
sabe agradecer, saber ser leal y también sabe exigir lo que le corresponde.
Porque jamás habrá un pueblo sobre la tierra capaz de perder la palabra
impunemente. Son las poblaciones de lectores las verdaderas y únicas dueñas de
los medios de comunicación escritos. Los últimos acontecimientos, refrendados
positivamente por este acto, demuestran que solo nosotros somos dueños de la
palabra. Nuestra palabra. Y si pensamos y existimos por pensar, es porque
nuestra vida está indisolublemente ligada a poder expresarnos con libertad.
Estas son enseñanzas que agradecemos a Pedro, Xavier y Danilo, y a todos los
periodistas que les dan y den continuidad. Porque si nos hacemos dueños de
nuestro propio miedo, lo vencemos. Si somos dueños de nuestra existencia, somos
dueños de la palabra.
luisrochaurtecho@gmail.com
“Extremadura”, Masatepe, 29 de mayo
del 2011. (“Me quema la palabra”).
Nota: Texto leído en la Universidad
de Ciencias Comerciales (UCC), el domingo 29 de mayo de 2011, en homenaje a
Danilo Aguirre Solís y con motivo del 31 Aniversario de EL NUEVO DIARIO, y publicado
nuevamente con motivo de su 35 Aniversario, el martes 19 de mayo de 2015, y por
el fallecimiento de Danilo el martes 10 de noviembre de este mismo año.
ME QUEMA LA PALABRA
Nos convoca esta
tarde algo más que la presentación del último libro del poeta Luis Rocha
Urtecho.
Realmente se
trata de asomarnos a la culminación de una etapa más del autor y su obra y más
aún, el encontrarnos con la vehemente coherencia entre el hombre, su espíritu y
sus valores con la consecuencia de afrontar con verticalidad, valor y dignidad
la parte de la vida doliente de Nicaragua que nos ha tocado vivir.
“Me quema la
Palabra” salida de esa alentadora iniciativa editorial que sugerentemente nos
grita SIGAMOS, es un compendio de las múltiples facetas literarias, políticas y
humanistas de Luis Rocha Urtecho.
Si alguien
quisiera sintetizar todo esto, concluiría que tanta ironía, tanta metáfora,
tanta certeza crítica, tanta política en fluida prosa y tanta poesía para
lamentar sórdidos caminos de la clase política que agobia Nicaragua, no son más
que un desgarrador grito de protesta, que asaltando la palabra, proclama su
irrenunciable devoción por la libertad.
Del recorrido de
la incesante producción de Luis Rocha convirtiendo su obra en realmente un
incendio de las palabras, se ocupa Onofre Guevara con la maestría en el uso del
lenguaje a que nos tiene acostumbrados.
Sin embargo su
prólogo a este libro no se agota con esas virtudes como esgrimista de idioma,
sino que igualmente se llena de la íntima complacencia que a Onofre debió
causarle el escribir sobre un amigo leal, un escritor de impacto en forma y
fondo y quizás lo más importante, un compañero inquebrantable en la lucha nunca
renunciada, a conseguir de Nicaragua una sociedad regida por instituciones
democráticas y una gestión pública programada para la justicia con el antiguo
pero eternamente vigente principio de dar a cada quien lo suyo y diseñada para
la transformación estructural en nuestro país, que acerque con pasos acelerados
a las grandes mayorías de nicaragüenses pobre y pobres extremos, a sus derechos
inalienables de educación, salud, techo, cultura y todo lo que conforma el
vivir con la dignidad de los seres humanos.
En esta
presentación que no debió ser tan larga, no puedo eludir referirme al entorno
anímico y vivencial que predominó en cada uno de los escritos de Luis Rocha,
escogidos para otra obra.
Quiero dejar
constancia de todas las emboscadas afrontadas por Luis, cada vez que
quería tomar la palabra y convertirla en lectura subversiva diaria para sus
lectores.
No obstante, nada
lo detuvo ni lo detiene. Se achica el mundo de la letra de imprenta, pero se
abre un mundo tecnológico por donde las palabras seguirán quemando.
La demolición una
vez más de los intentos de democratizar Nicaragua, la mentira de la república
que sólo los insulsos creen encontrarle similitudes con la Carta
Interamericana a que los gobiernos del Continente se comprometieron, los
procesos electorales convocados y dirigidos por usurpadores de los poderes del
Estado, el derroche y el latrocinio con los recursos que por primera vez en la
historia nos podían haber dado la oportunidad de una estrategia de desarrollo
viable, la conversión de esto último en una miserable compra de votos por
socorro populista y sectario, son los temas que dominan en la quema de las
palabras de Luis Rocha que presentamos en este día.
Los que han
querido silenciar a Luis Rocha por la claridad y contundencia de sus denuncias
y protestas, como a todos los que aliena el poder, no se dan cuenta que el
monte aún tiene brasas que dejaron las quemas del pasado y por los vientos que
soplan no descartamos que la pradera vuelva a arder.
Onofre se inclina
por los artículos contenidos en “Me queda la Palabra” y “Me quema la Palabra” ,
escogiendo para insértalos en esta obra, pese a la facilidad con que Luis
sentía que escribió sus “Platicas de Caminante”.
Esa es cuestión
del autor y su prologuista. Este presentador los asume a ambos y los invita a
que se empoderen de todo sus contenidos. Son palabras de Luis Rocha dichas en
altas y claras voces como decimos los abogados.
Pero no estuviera
completa la intención de Luis si esas palabras no fueran también nuestras.
Leerlas y darnos
cuenta que son para los que cruzamos varias décadas de vida pública, las mismas
angustias que atormentaron nuestros espíritus juveniles.
Leerlas para los
jóvenes es encontrar honestidad política en prosa y verso de una delitada
existencia en la literatura y la política.
Y para todos, un
compromiso con Nicaragua, una renovación de fe por el país que no dejaremos de
soñar en construir y que poniendo la mano derecha sobre el libro de Luis Rocha,
les juro que nosotros o los que nos seguirán lo van a lograr.
Luis nos
entrega en este libro sus palabras que le queman su conciencia ciudadana.
A nosotros nos
toca propagar el incendio.
Danilo Aguirre
Solís
Viernes, 28 de Octubre de 2011.
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