Homenaje a Joaquín
Pasos (Granada 14 mayo 1914-20
enero 1947)
en el
Centenario de su nacimiento
Isolda
Hurtado
Buenas noches amigas y amigos, estimado público
[poetas Ernesto Cardenal, Julio Valle-Castillo, Gioconda Belli, Anastasio Lovo,
Presidente CNE, jóvenes panelistas Yaoska Tijerino y David Ruíz, Sergio Ramírez].
“Si
algo traigo para decir, dispensadme, en el bello camino lo he olvidado. Por un
descuido me comí la espuma, perdonadme que vengo enamorado“ con este epígrafe de Joaquín irrumpe Silencio de alas, mi primer libro de
poesía (Decenio, 1999). Es una inmensa
alegría reunirnos para celebrar juntos el centenario del nacimiento de Joaquín Pasos en
el CNE y permitirme saludar el lanzamiento de la edición No 9 Invierno 2014 de El Hilo Azul en homenaje a él. Vengo felizmente emocionada de representar a
la familia de Joaquín, en compañía de Javier Pasos Hernández, su nieto, mi
sobrino y de Martha Pasos de Sacasa, sobrina inmediata de Joaquín, mi prima. Extendemos
muy afectuosos saludos y agradecimiento de Xavier Pasos, su hijo único, quien
por fuerza mayor no puede acompañarnos esta noche.
Deseo en la ocasión, compartir algunos hechos
biográficos y anecdóticos desde mi amor filial por Joaquín Pasos. En el año 2002
dediqué en su memoria Florece el naranjo, mi segundo libro
de poesía, - entre mis más preciados-, publicado
por el CNE. El 22 de Enero de 2003 en su
presentación, mi entrañable amigo el poeta Álvaro Urtecho (q.e.p.d.) le honraba
como “el poeta más poeta de la Generación
de Vanguardia y el poeta telúrico por excelencia”. Juguetón con su tesis entre
el ramaje de la poesía, encontraba en mi poética “una circularidad, una obsesión por el círculo y el eterno retorno que,
como a Joaquín, -sonreía viéndome
fijamente a los ojos-, me recordaba mi obligación
de cantar". Señalaba “círculos de aire, círculos de agua, círculos
de fuego” y “una intensidad de la emoción, pura, transparente”. En mi poema Ríos, homenaje de afluentes caudalosos a la literatura nicaragüense
y universal, le confío “¡Anchos pasos
adentro Joaquín! parecías mi tío entre el gentío y las cosas al río iban!”.
No estoy segura si mi amigo sabría que Fernando
y yo nos habíamos casado en Octubre de 1986 modulando el poema de Joaquín Las Bodas del Carpintero a tonos precisos:
el himno del novio él, el canto de la novia yo, y después, cayó un cómplice
rumor de ángeles poetas y familiares embelesados, entre ellos, José Coronel
Urtecho, nuestro padrino de Bodas, el mayor de la Vanguardia; Fernando Silva mi
suegro, mi tío Luis, hermano de Joaquín;
Julio Valle-Castillo, Luis Rocha y Mercedes nuestra madrina de Bodas; el buen
amigo de Fernando, Rogelio Ramírez y
todo mundo divertido bajo un diluvio galopando amenazante contra los ventanales
de la capilla cuando mi primo-hermano jesuita, Álvaro Argüello Hurtado (q.e.p.d.)
se apuraba a impartirnos el santo Sacramento.
Quizás no hubiera mi buen
amigo Álvaro sostenido ninguna relación posible o imposible de no haber sabido
que el corazón de Joaquín y el mío eran “carne contigüa” -en decir de Ernesto Mejía
Sánchez-, contigüos, por lazos biológicos maternos estrechos. Joaquín, mi tío, primo hermano de mi madre
Yolanda. Hijos de dos hermanas, su madre y mi abuela materna eran pues hermanas,
Rosa Ma y Josefina, a su vez ellas, hermanas de Elena y Joaquín Argüello
Ximénez, su tío, de donde proviene su nombre. Joaquín de gran corazón y temperamento
alegre y bromista, era el cumiche de tres hermanos con mi tío Luis el mayor (fundamental
Jurista en Derecho Marítimo para nuestro país) y mi tío Alberto, Pasos Argüello. Por algún tiempo de su temprana infancia, su
familia y la de mi madre, vivieron en la misma casa solariega de Granada. Eran primos
hermanos unidísimos: tres hermanos y tres hermanas. Mi tío Joaquín, era cuatro años mayor que mi
madre, menos con mi tía Angelita, pero más con mi tía Lola, con quien moría de
risa y ambos compartían ser los cumiches. Mi madre crecía amando sus clases de
piano y la lectura. Fiel a ello, al
morir a sus tempranos 64 años (en 1983), leía La Madre de Gorky, a Dante La
Divina Comedia y la Vida de los
Santos. Joaquín, había enfermado demasiado
pronto con afecciones hepáticas y padecimientos cardíacos y había muerto apenas
a los 33 años, el 20 de Enero de 1947en Granada.
Mi madre entonces, tenía 29 años, residía en
Nueva Orleáns y era novia de mi padre Pedro Hurtado Cárdenas; él, en el exilio
por la persecución a los opositores instaurada por Anastasio Somoza García y ya
había sufrido torturas, y publicado su libro Las torturas como sistema. Traigo esto a colación, porque fue un
dolor extendido tremendo para ella llorar a su primo hermano Joaquín en la
distancia. Él, agudizaba su oposición contra Somoza con su
pluma en los Lunes de la Prensa y Los Lunes de la Nueva Prensa, “usando únicamente como arma el humor y la
risa” cito a Ernesto Cardenal en la introducción de Poemas de un Joven. Se cumplía su profecía de
los 13 años, cuando habría dicho, cito nuevamente a Cardenal, "moriré de amar tanto". Las muertes tempranas en mi familia pueblan mi poema extenso El amor no es una rosa, paradójicamente de
mi libro titulado Brisa y júbilo (CNE,
2007). Su verso final es la sublimación del misterio de la vida y la muerte en
el dolor: “Quién se fue para no volver?
La fatiga en la balanza pesa más y la alegría como una pluma, de un soplo, lejos
se va”.
Joaquín murió 4 años después de la muerte de su
padre Luis Pasos Costigliolo (1943). Su madre “la Lila” como le llamamos en la
familia, le sobrevivió con tremendo dolor 12 años más (ella murió el 22 Dic.
1959). Xavier Pasos, su único hijo, -médico Ortopeda Traumatólogo-, nació 5
meses después de su muerte (17 Jun del 47 en Managua). Su madre, Alma del Carmen
Rodríguez Matus vive en sus avanzados ochenta. En el 2006, hace ya ¡ocho años! nos
reunimos la descendencia del tronco Argüello-Ximénez, de Granada. Para la ocasión, publiqué y obsequié un extenso
trabajo genealógico que venía preparando desde hacía años atrás con el fin de
perpetuar el amor que nos unifica. El pasado
14 de Mayo de 2014, -dos días después de asistir a la emotiva celebración de los
noventa años de vida de mi gran amiga poeta Claribel Alegría-, me alejé solitaria
y gozosa entre mis libros a celebrar la fecha de los ¡100 años del nacimiento
de Joaquín Pasos! Leí su epígrafe a mi
poema Antes que arrase el fuego dedicado
a mi madre en Florece el naranjo y luego quedó…“el llanto fluyendo como la uña de la carne y el rabioso corazón ladrando
en la puerta”.
Leído a casa llena en
el Centro Nicaragüense de Escritores (CNE)
28 de Agosto de 2014 - 6:30 pm. Managua, Nicaragua
Felicitaciones Prima y poeta Isolda Hurtado Mañana Lunes 21 de Marzo es para Releerlo en su memoria un homenaje setenta y dos y años después de su muerte Qué este día sirva para recordarlo.
ResponderEliminar