sábado, 18 de abril de 2015

LA SANDÍA



Cual si de pronto se entreabriera el día

despidiendo una intensa llamarada,

por el acero fúlgido rasgada

mostró su carne roja la sandía.



Carmín incandescente parecía

la larga y deslumbrante cuchillada,

como boca encendida y desatada

en frescos borbotones de alegría.



Tajada tras tajada, señalando

las fue el hábil cuchillo separando,

vivas a la ilusión como ningunas.



Las separó la mano de repente,

y de improviso decoró la fuente

un círculo de rojas medias lunas.

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(Salvador Rueda, España)

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