lunes, 28 de marzo de 2011

EL PASADO MAESTRO DEL PRESENTE

“¿Cómo no protestar cuando hay tantos caparazones de prejuicios que romper y tantas estructuras inhumanas y retrógradas que destruir?... Las drogas, los narcóticos: vosotros mismos jóvenes, sin duda estáis ya convencidos de que las drogas son una falsa ilusión, cuyo precio se paga con la salud, la vitalidad, la creatividad… Pero es una lástima que los adultos no se pregunten cuál es la raíz de esa desesperanza y de esa amargura que conduce a la juventud a ese intento de evasión… ¿Acomodación? Ese sí que es un peligro de verdad. La acomodación es una sirena dispuesta siempre a seduciros. Vuestra postura ante la religión y ante Dios depende enormemente de vuestra actitud y vuestra respuesta a la vida. Cuando encuentras hombres que se esfuerzan por vivir una religión que no soporta ser opio del pueblo, fuerza alienada y alienante; cuando encontráis hombres para los que el amor de Dios pasa a través del amor humano, vuestro ateísmo deja paso al respeto, a la simpatía y, quién sabe, a la fe”. [1]



[1] Helder Cámara, arzobispo de Recife, Brasil (1909-1999), cit. en José F Marins, 2000, p. 520s.

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