Diciembre merecuerda el terremoto que destruyó mi ciudad, cuando era
yo un mozalbete.
Me trae de nuevo el frío de las madrugadas al aire libre en una ciudad
sin techo.
Diciembre me recuerda las campañas por la libertad de los presos
políticos, las tomas de las iglesias...los cortes de café y una
juventud entregada sin reservas a la conquista y a la defensa de los
sueños acariciados.
Navidad es para mí el recuerdo de una noche de posta en las riberas
del Bocay, celebrando con guabul, fusil al hombro contando las
estrellas.
Una mesa casi desnuda de licores y comidas, pero alegre,abundante en amor y
compromiso, en aquel 1978.
Navidad es una rueda de revolucionarios latinoamericanos cantando a
todo pulmón Feliz Libertad de Carlos Mejía, en Moscú en 1976.
Diciembre es el beso a mis hijos y a mi madre, y a las mujeres que he
amado.El abrazo a mis hermanos de sangre y de ideas.
Diciembre es una pausa que nos marca el calendario, para recordarnos
que estamos vivos. Un momento para decir a los seres que queremos,
cuanto, cuanto, los queremos. Para regalar un recuerdo a los que se
han ido.
Navidad es propicio para decir que no renunciemos a la esperanza, que
seamos tercos para
lograr los sueños, que la dignidad del país es posible. Que el amor y
la utopía se construyen, que mueven el mundo.
Héctor E Mairena
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